Cocina casera -lentejas, guisos o huevos fritos con papas y jamón- desde el desayuno a la cena en una terracita pequeña que está en una tarima de madera sobre un riachuelo... rodeada de árboles y vegetación. Más tranquilo, imposible, pero si esta venta tiene incondicionales no es por eso sino por la comida, de mojar pan y quedarse a vivir. Los canes son bienvenidos en las dos terrazas, que también hay parte bajo techado. Ojo, el lugar se llena así que conviene reservar.
Horario Cierra los martes.
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