Tanto la OMS como los de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU y la World Small Animals Veterinary Association o la World Organization for Animal Health entre otros, siguen siendo tajantes: no hay ninguna evidencia de que los perros o gatos puedan propagar el COVID-19 a las personas. No hay razón para temer que los animales de compañía puedan ser una fuente de infección.
Sí, es cierto que ha habido unos pocos casos puntuales de animales afectados por el virus, un gato en Lieja, Bélgica y dos perros y un gato en Hong Kong y la tigresa del Zoo en el Bronx pero pese a ello el consenso en torno a las medidas a tomar sigue siendo el mismo: no, no es necesario hacer tests a perros y gatos, convivir con un animal de compañía no conlleva riesgos y lo único que debemos hacer es extremar la higiene, igual que se hace en general.
Aclaramos y compartimos todos estos casos para evitar cualquier posible alarma ante la información que se está publicando en diversos medios debido al informe científico-técnico del Ministerio de Sanidad español en el que se detalla, entre otras cuestiones, lo referente a la transmisión del virus:
Es decir, reiteramos, sí ha habido un par de casos de animales afectados por el virus pero lo contrario no ha sucedido: no se conoce ningún caso en el que un perro (o gato) haya podido contagiar a una persona.
Más aún, el estudio llevado a cabo en China que cita el informe del Ministerio de Sanidad de nuevo pone de manifiesto que los perros no pueden ser portadores / transmisores del COVID-19. El caso de los gatos es distinto aunque no hay prueba alguna de que los felinos puedan infectar a los humanos. Y es importante recalcar que es un estudio preliminar,que no ha sido validado por otros científicos, y sobre todo que se basa en una muestra muy pequeña de animales (cinco gatos) inoculados con altas cantidades de virus por lo que no es una situación real y por eso se recomienda máxima cautela al citar sus conclusiones.
E, incluso en el caso de la tigresa del Zoo en EEUU, las autoridades continúan manteniendo las mismas recomendaciones: no hay ninguna prueba de que los animales puedan contagiar a los humanos y no se recomienda hacer tests a los animales.
El gato de una persona infectada con COVID-19 es el único animal en todo el mundo que, en teoría, ha mostrado síntomas de la enfermedad. El felino tenía diarrea, vómitos y dificultad para respirar. Aproximadamente una semana después de que su dueña se contagiara con el nuevo coronavirus fue cuando el gato se puso enfermo y, días después, se curó. Aún así, con los datos sobre este caso en la mano, los científicos aún tienen considerables dudas de que el gato realmente hubiera desarrollado la enfermedad por lo que no es posible confirmar que este animal haya padecido el COVID-19.
Incluso el equipo que investiga el caso es tajante: nada indica que lo contrario sea posible, que un animal pudiera transmitir el virus a los humanos.
Los perros y los gatos comparten muchos de los receptores celulares que tenemos los humanos, receptores a los que se pueden unir los virus. Durante el brote de 2003 del síndrome respiratorio agudo severo (un coronavirus parecido al SARS-CoV-2), los científicos sí informaron que los gatos podrían infectarse con el virus y transmitirlo a otros felinos.
En el caso el COVID-19, sin embargo, no ha sido así:
IDEXX Laboratories, una red global de más de 80 laboratorios de diagnóstico, anunció una prueba de SARS-CoV-2 para animales a mediados de marzo. La compañía ha analizado más de 4000 muestras, incluidas muestras de animales con trastornos respiratorios. "Todos han vuelto negativos",explican en la revista Science.
El Departamento de Agricultura de EEUU desaconseja los tests a los animales y, como decíamos al principio, el consenso entre los expertos es claro, como también especifican desde la American Veterinary Medical Association: el COVID-19 se transmite principalmente de persona a persona. Esto respalda una recomendación contra las pruebas de mascotas para el SARS-CoV-2, excepto por orden oficial. Si los perros o gatos presentan signos respiratorios o gastrointestinales, los veterinarios deben realizar pruebas para detectar patógenos y afecciones más comunes.
Como resume la Dra Sarah Caddy, de la Universidad de Cambridge: "Afortunadamente, todavía no hay evidencia de que las mascotas transmitan el virus a los humanos. También es tranquilizador que un gran laboratorio de diagnóstico veterinario haya declarado recientemente que han analizado miles de muestras de perros y gatos para el SARS-CoV-2 sin casos positivos. Además, dado que al 30 de marzo hay más de 720,000 casos humanos en todo el mundo, es lógico asumir que si este virus causara enfermedades en las mascotas, ya lo sabríamos."
Y, para terminar, un vídeo del Colegio de Veterinarios de Madrid, en el que también se hace referencia al caso del tigre del Zoo de Nueva York.