Tras 10 años de investigación y contando con resultados prometedores en ratones, se va a poner en marcha un innovador ensayo clínico en por lo menos 800 canes.¿El objetivo? Ni más ni menos que obtener una vacuna para prevenir cualquier tipo de cáncer en los perros.
La vacuna se llama Multi-Valent Frameshif Peptide o FSP y es fruto del trabajo de una década por parte de Stephen Albert Johnston y su equipoen el Centro de Biodiseño para Innovaciones en Medicina en la Universidad del Estado de Arizona ASU.
Normalmente se piensa que cada tipo de cáncer es único y que, por lo tanto, sería inviable crear una vacuna preventiva general. El equipo de Johnston, sin embargo, ha descubierto una forma de identificar los antígenos tumorales que son comunes entre todos los cánceres: estos constituyen los componentes clave de su vacuna.
El cáncer es la principal causa de muerte en los perros, algunas razas son más propensas que otras pero los canes son más proclives a sufrir un cáncer que cualquier otro mamífero. Y como ellos no se quejan, no pueden contarnos que algo va mal, muchas veces los tumores se descubren demasiado tarde.
Esas son las malas noticias. La parte "positiva" es que como el sistema inmunológico de los perros responde a las vacunas de forma similar al de los humanos, teniendo en cuenta que en ellos los tumores se desarrollan con mayor rapidez, los investigadores saben que cualquier avance en la lucha contra el cáncer en perros podría ser beneficioso para los humanos.Por eso hay diversos estudios en marcha para luchar contra el desarrollo de tumores en los perros y por eso el equipo de Stephen Albert Johnston acaba de recibir 6.4 millones de dólares para poder financiar su ensayo clínico a gran escala.
El objetivo a largo plazo sería conseguir una vacuna que resulte eficaz para prevenir la aparición del cáncer en humanos.
En el ensayo participarán unos 800 canes sanos de mediana edad: todos ellos vivirán en sus casas, con sus familias. La mitad recibirá la vacuna y la otra mitad un placebo y todos pasarán exámenes veterinarios semestrales con un estudio completo de patología clínica. Es decir, serán perros normales, con una vida normal, la única diferencia es que el 50% de ellos estarán tomando una posible vacuna contra el cáncer.
Johnston cree que podrán evaluar los resultados de la efectividad de la vacuna en unos cinco años, algo que sería impensable si el ensayo se llevara a cabo con humanos (se necesitarían de 15 a 20 años)