La Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) ha emitido un comunicado para advertir de los peligros de los huesos recreativos para perros tras recibir información de cerca de 90 casos en los que canes han sufrido algún tipo de percance serio tras comer uno de estos huesos (15 han muerto).
La recomendación habitual es no dar nunca huesos cocinados a los perros porque al cocerse, pueden perder el agua y el colágeno y convertirse en huesos que se astillan.
La FDA va más allá y advierten sobre el peligro de los llamados huesos recreacionales, los que la mayoiría solemos dar a nuestros canes para que, justamente, se entretengan un rato y mordisqueen.
Según la FDA, estos huesos también pueden causar:
Obstrucción gastrointestinal (obstrucción en el tracto digestivo)
Asfixia
Cortes y heridas en la boca o en las amígdalas
Vómitos
Diarrea
Sangrado del recto, y / o
Muerte (15 canes murieron tras comer huesos de este tipo)
Los consejos de la FDA son claros:
Pedir recomendaciones a nuestro veterinario sobre otras alternativas disponibles para que los perros puedan entretenerse con más seguridad. Evitar los huesos de pollo y otros huesos cocinados. Y poner mucho cuidado de no dejar al alcance de nuestros perros este tipo de huesos cuando cocinamos o comemos, incluyendo después, cuando quizá acaben en la basura.
Añadimos un consejo básico: si le das a tu perro un hueso recreativo, asegúrate que es del tamaño adecuado y siempre con supervisión.
