Los cambios en el cerebro relacionados con la edad pueden alterar la forma en que se procesan las emociones: esto es algo que sucede en los humanos: las personas mayores prestan menos atención a las emociones negativas y recuerdan peor los estímulos que muestran emociones desagradable, mientras que el procesamiento de las emociones positivas permanece intacto.
No se conoce mucho aún sobre lo que se conoce como "efecto de positividad" aunque se pensaba que solo afectaba a los humanos: según acaban de comprobar los investigadores de Senior Family Dog Project, algo muy similar sucede en los perros senior.
La reactividad de los perros hacia diferentes sonidos cambia con la edad: es lo que ha comprobado Dóra Szabó y los investigadores del Senior Family Dog Project.
Han analizado las reacciones espontáneas de 40 perros (con una capacidad auditiva normal) a tres tipos de sonidos humanos distintos: sonidos positivos (risas), sonidos negativos (llanto) y sonidos neutros (hipo y tos).
Los canes que han participado en el estudio estaban divididos en dos grupos, jóvenes de hasta 5 años y senior de más de 10 años.
Y los resultados mostraron que los perros senior reaccionan más lentamente solo a los sonidos negativos (en este caso, al llanto), en línea con los efectos de positividad relacionados con la edad, mientras que su tiempo de reacción hacia los demás sonidos era igual al de los perros jóvenes.
Es decir, hacerse mayor tiene algún que otro beneficio, también en el caso de los perros: también ellos experimentan el "efecto de positividad" y tienen tendencia a ignorar las emociones negativas pero siguen prestando igual atención a los estímulos positivos.
Los perros son la primera especie no humana donde se ha comprobado la existencia del "efecto de positividad". Esto sugiere que el envejecimiento cerebral afecta el procesamiento de emociones de manera similar en perros y humanos, lo que confirma que el perro es un modelo especialmente útil y valioso para analizar también el envejecimiento humano, en palabras del autor principal del estudio, Enikő Kubinyi.
Y es una razón más, agregamos nosotros, para considerar adoptar a un perro senior.