Los alimentos específicamente preparados para perros no tienen una historia muy larga. De ahí que, hasta recientemente, muchos tuvieran por costumbre alimentar a los canes dándoles lo que sobraba de la comida de los humanos.
Pudiéramos pensar que no era tan mala idea porque, al fin y al cabo, si nos sienta bien a nosotros, ¿cómo les va a sentar mal a ellos? Además, capaz que les resulte más variado que el pienso...
Los alimentos específicamente preparados para perros no tienen una historia muy larga. De ahí que, hasta recientemente, muchos tuvieran por costumbre alimentar a los canes dándoles lo que sobraba de la comida de los humanos.
Pudiéramos pensar que no era tan mala idea porque, al fin y al cabo, si nos sienta bien a nosotros, ¿cómo les va a sentar mal a ellos? Además, capaz que les resulte más variado que el pienso...
¿Será así? Hemos consultado la cuestión a Raúl Sancha, miembro del equipo veterinario de Nutro, marca de alimentación natural para perros con la que SrPerro colabora para educar y concienciar sobre nutrición.
Él nos aclara algunos de los riesgos que corremos si alimentamos a los perros con sobras. Incluso si mezclamos el pienso con sobras.
La dieta no es una cuestión de opinión. Cada especie animal tiene su organismo preparado para alimentarse de una manera determinada.
Desde el tamaño de sus intestinos hasta la forma de sus dientes marcan los alimentos para los que está mejor preparado y, por tanto, digiere mejor.
Los perros son carnívoros no estrictos. Eso quiere decir que su organismo está preparado para alimentarsefundamentalmente de carne pero que pueden incorporar otros alimentos de origen no animal en su dieta y obtener beneficios de ello.
Las verduras y las frutas son muy saludables... para los humanos. No son algo natural en la dieta de los perros.
Esa es la clave, no todos los alimentos saludables para el hombre necesariamente han de serlo para el perro; somos especies diferentes.
Sí, claro. Pero ya hemos dicho que el perro es un carnívoro y, por lo tanto, no puede ni debe tomar todos esos alimentos en la misma cantidad o de la misma manera que los comemos nosotros los humanos.
Si se los ofrecemos como parte de la dieta, tenemos que asegurarnos de facilitar su digestión: tienen que estar adecuadamente preparados y/o cocinados y, sobre todo, en la proporción adecuada.
Los lobos, que son los ancestros de nuestros perros, sólo ingieren una pequeña cantidad de material vegetal cuando comen las vísceras de sus presas: estómagos o intestinos de animales vegetarianos que, antes de ser cazados, se habían alimentado de hierbas, frutos, etc.
Hay alimentos para humanos -como las uvas, la cebolla o las bebidas con alcohol- que pueden resultar tóxicos para los canes. Y, sin embargo, son ingredientes de lo más comunes en nuestras dietas porque, claro, nosotros comemos aquello que es beneficioso para nuestra especie y bien tolerado por nuestro organismo.
Si cocinamos para personas, no podemos esperar que las sobras de esa comida constituyan una dieta equilibrada para nuestros perros, animales que pertenecen a una especie muy distinta a la nuestra y con unos requerimientos nutricionales completamente diferentes.
¿Y los huesos de las sobras, también son malos?
El peligro principal de los huesos está en su cocción,donde pueden perder agua y colágeno y convertirse en huesos que se astillen a diferencia de cuando estaban crudos.
Por eso se suele recomendar tanta precaución al respecto, porque existe un alto riesgo de que los huesos cocinados se astillen y puedan causar perforación en los intestinos o el estómago de nuestro can.
Tenemos, pues, la respuesta de los expertos: alimentar a tu perro con las sobras de tu mesa, o incluso suplementar su alimentación con ellas, no es buena idea.
Lo aconsejable es escoger una dieta equilibrada y natural, que contenga los nutrientes fundamentales para cubrir las necesidades de tu perro, y asegurarte de que está específicamente elaborada teniendo en cuenta sus características de especie, su edad, su nivel de actividad, etc.
Esa es la mejor manera de asegurar la salud actual y futura de tu perro.
Siempre que sea posible, evita los aditivos alimentariosy selecciona un alimento natural, que no contenga saborizantes, colorantes, conservantes o antioxidantes artificiales.
Con ello, reducirás el riesgo de alergias y te asegurarás de que lo que ingiere tu perro proviene de la naturaleza y no del laboratorio.
Por eso es tan importante leer la letra pequeña de los ingredientes de los piensos.Recuerda que si pone "sabor a pollo" puede ¡no contener ni un gramo de pollo!
La ley no obliga a las marcas de alimentos de perros a revelar si sus productos incluyen sustancias artificiales, sin embargo una marca no puede engañar a la hora de comunicar los ingredientes utilizados en sus fórmulas: la mejor forma de conocer si un producto es natural o no será leyendo su composición.
Y sí, ya lo hemos comentado antes, mira sus cacas cual CSI canino para comprobar si le estás alimentando correctamente.