Sara C Owczarczak-Garstecka, de la Universidad de Liverpool, es la autora de este artículo publicado originalmente en The Conversation en el que analiza las consecuencias y la eficacia del Dangerous Dogs Act, la actual legislación sobre perros potencialmente peligrosos en el Reino Unido. Lo hemos traducido para compartirlo en SrPerro dado su gran interés puesto que, además, hace referencia a las demoledoras conclusiones de un panel de expertos encargado de estudiar el efecto de esta legislación que en el Reino Unido es aún más dura que la que está en vigor en España.
"(....) ha resultado en el sacrificio innecesario de perros equilibrados que podrían haber sido adoptados de manera segura. La posición del Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales es ilógica e intrínsecamente injusta. La decisión de sacrificar a un perro no puede depender por completo de si "parece" un Pit Bull Terrier. Es innecesariamente cruel prohibir que los perros de buen talante sean transferidos a dueños responsables dispuestos a cumplir con las estrictas disposiciones adjuntas para tener un perro de la Sección 1 (muy similar a los PPP)."
Miles de perros, independientemente de su comportamiento, han sido innecesariamente sacrificados como resultado de la equivocada legislación implantada en el Reino Unido en 1991. Aunque esta triste situación era de sobra conocida desde hace años solo ahora los parlamentarios han reconocido el problema en una reciente declaración sobre la legislación en función de la raza, legislación cuyo objetivo es proteger al público de los perros peligrosos. Después de consultar a expertos en comportamiento canino, el Comité de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (EFRA) consideró la legislación como "innecesariamente cruel" e inefectiva ypropuso una serie de cambios.
La legislación específica sobre razas es parte de la Ley de Perros Peligrosos de 1991, que prohíbe "razas peligrosas y sus tipos".Las "razas peligrosas" (pit bull terriers, tosa japones, dogo argentino y fila brasileiro) fueron seleccionadas porque se piensa que tienen más probabilidades de atacar que otras razas. Como resultado, cientos de perros son sacrificados cada año, independientemente de su comportamiento. Las cifras exactas no se conocen, pero solo en Battersea Dogs and Cats Home se tuvo que sacrificar a 91 perros reconocidos como pit bulls en un año sabiendo que el 71% de ellos hubiera podido haber sido dado en adopción si no hubiera sido por su raza.
El UK Kennel Club no reconoce a los pit bulls como una raza, por lo tanto, no existe un estándar de raza que pueda usarse para identificar a estos perros. Los perros se identifican como pit bulls o tipos de pit bull cuando cumplen con un número sustancial de 15 características físicas de una descripción de pit bull copiada de una edición de 1977 del periódico estadounidense Pit Bull Gazette.
La falta de estándares de raza claros podría ser la razón por la que muchos profesionales que trabajan con perros y el público en general tienen problemas para identificar a los pit bulls. Esto plantea la duda sobre si algunos de los perros que han sido incautados, sacrificados, denunciados a las autoridades o incluidos en las estadísticas de mordeduras pudieron haber sido erronamente clasificados como pit bulls.
Muchos estudios han indicado que esta política no es efectiva. Por un lado, las razas consideradas PPP no muerden más a menudo o más severamente que otros perros. Y en Inglaterra, entre 2005-2015, el número de ingresos hospitalarios debido a mordeduras de perros aumentó en un 76%. El continuo aumento en mordeduras de perros sugiere que prohibir un puñado de razas no ha ayudado a mejorar la seguridad pública.
La controversia en torno a la legislación va más allá. Kenneth Baker, quien era Ministro del Interior cuando se desarrolló la legislación, dijo que los pit bulls estaban en la lista porque sus dueños daban la impresión de ser peligrosos e irresponsables. Otras razas que se consideraron, como los Pastores Alemanes, no se incluyeron porque Baker temía la crítica de las comunidades conservadoras rurales -donde se asumía que estos perros eran mayoría. La percepción de las razas desempeñó un papel crucial en el desarrollo de la legislación desde el principio.
Nuestro comportamiento con respecto a los canes, incluidas las cosas que hacemos para prevenir las mordeduras, está determinado por nuestras percepciones y comprensión subjetiva de los perros. Para tratar de entender cómo las personas perciben a los perros, como valoran el peligro que pueden suponer y a quién culpan de los mordiscos, mis colegas y yohemos analizado cientos de comentariosen 10 videos diferentes de YouTube sobre mordeduras de perros.
Encontramos que la percepción de la peligrosidad de los perros sí está vinculada con la raza. Los YouTubers tienden a culpar a los dueños de perros o a las víctimas de mordeduras por la mayoría de las mordeduras. El perro solo tiende a ser culpado por un mordisco cuando los espectadores lo identifican como un pit bull.
La gente piensa que son más conscientes de su comportamiento y más peligrosos que otros perros. También se piensa que su comportamiento es resistente al cambio a través del entrenamiento. Un espectador escribió:
Los pit bulls, todos ellos, son notoriamente violentos. Estoy realmente cansado de la teoría del propietario / raza. Atacan a las personas hasta que las mutilan y se sienten orgullosos de lo que han logrado.
Otros perros son percibidos como animales de buen carácter pero "salvajes" que no pueden controlarse a sí mismos y, por lo tanto, no pueden ser responsables de sus acciones. Las víctimas (o sus padres) y los dueños de perros generalmente son culpados en su lugar.
Nuestra investigación indica que las personas piensan que los perros (aparte de los pit bulls) son más seguros cuando están entrenados y socializados, y culpan al dueño por las mordeduras cuando piensan que el perro no fue lo suficientemente bien educado. También culpan a las víctimas por no saber leer el lenguaje corporal del perro y cuando piensan que el movimiento de una víctima provocó al perro.
Los parlamentarios en el Reino Unido han propuesto que el enfoque alternativo para la prevención de mordeduras se centre en la educación sobre el comportamiento de los perros, así como en multas considerables y en la intervención temprana, como tener que cumplirun entrenamiento obligatorio en caso de delitos menores de los perros.
También debe haber investigación sobre el comportamiento de la raza y la agresión, que podría proporcionar una base sólida para una nueva política. Según la legislación específica sobre razas, las razas que están prohibidas en el Reino Unido no pueden ser adoptadas. El comité de expertos ha recomendado que, con efecto inmediato, las protectoras puedan dar en adopción a todos los perros, de cualquier raza, siempre que se considere que su talante es el apropiado.
Nuestro estudio sugiere que un nuevo enfoque para la prevención de mordeduras también podría incluir campañas públicas dirigidas a cambiar las percepciones más habituales sobre los perros y las mordeduras. Por ejemplo, una campaña pública debe enfatizar que cualquier perro puede morder.
Pensar en las mordeduras como un comportamiento típico de algunas razaspodría hacer que los dueños de perros cometan errores y, por ejemplo, tiendan a no supervisar a sus hijos cuando están con perros que son percibidos como "buenos con los niños", como los labradores.
Finalmente, identificamos puntos de vista múltiples y con frecuencia conflictivos con respecto a las mordeduras. Algunas personas consideran que los mordiscos son "normales" e inevitables. Esta opinión podría hacer que sea más difícil prevenir las mordeduras, ya que los dueños de perros pueden ignorar que se puede cambiar el comportamiento de un perro.
Al mismo tiempo, otros veían los mordiscos como completamente prevenibles. Esto a su vez podría llevar a estigmatizar a los dueños de perros y a las víctimas de mordeduras y desanimarlos a la hora de buscar ayuda o informar sobre esos mordiscos. Las campañas de salud pública son más efectivas cuando se adaptan a la audiencia y abordan sus puntos de vista específicos, y los nuevos enfoques para la prevención de mordeduras deben reflejar esto.
Artículo de Sara C Owczarczak-Garstecka, de la Universidad de Liverpool, publicado originalmente en The Conversation
La foto que encabeza el texto es de Ildar Sagdejev