En la Universidad de Dukehan llevado a cabo un estudio con resultados de lo más interesantes.
Resulta que a la hora de comunicarse con un perro, o más bien a la hora de pedirle a un perro que haga algo, es tan crucial tu tono de voz como el temperamento del can.
En la Universidad de Dukehan llevado a cabo un estudio con resultados de lo más interesantes.
Resulta que a la hora de comunicarse con un perro, o más bien a la hora de pedirle a un perro que haga algo, es tan crucial tu tono de voz como el temperamento del can.
Tal y como aclaran los investigadores, es algo similar al estrés en los humanos: mientras que algunas personas funcionan mejor con niveles altos de estrés, otras se bloquean y ofrecen sus mejores resultados cuando pueden trabajar en condiciones más relajadas.
En el mundo canino sucede algo parecido.
Si tu perro es nervioso / imparable, entonces es mucho más efectivo dar órdenes en un tono calmado y neutro.
En cambio, si tu perro es un tranquilón, funciona mucho mejor el decirle las cosas con algo de energía y urgencia.
En el experimento participaron por un lado 76 labradores o mezcla de labrador y golden de entre 2 y 3 años. Todos eran perros de asistencia, perros que acompañan y ayudan a personas con algún tipo de discapacidad y que llevaban ya más de un año entrenando como tales.
Y por otro, 30 perros sin ningún tipo de entrenamiento específico, animales de compañía que viven con sus familias y que formaron parte del estudio como voluntarios: desde un Jack Russell de 7 meses a un Vizsla de 11 años.
Previamente se analizó el temperamento de cada can: por regla general, los perros de asistencia eran más calmados y los otros canes, los perros que viven con su familia, son algo más nerviosos y excitables.
Los experimentos eran sencillos: los canes tenían que coger una chuche que estaba tras una pantalla de plástico transparente. Para lograrlo debían contener el impulso de ir por el camino más corto -y chocarse. En vez de eso, tenían que rodear la pantalla...
Aquí podéis ver dos ejemplos con el mismo can. Charlie Brown logró superar la prueba sin ningún problema cuando se comunicaron con ella en un tono neutro pero cuando el tono pasó a ser urgente / nervioso... la perra se bloqueó por completo.
Interesante, ¿no os parece? La personalidad y el temperamento de un can como clave para saber cómo educarle mejor.