El concepto de la dominancia, aplicado a los perros, sigue siendo controvertido o más bien mal entendido en general y esto suele tener un efecto muy negativo para los perros. La dominancia no es sinónimo de agresividad: es decir, cuando un perro se muestra agresivo esto no se debe entender como que es un perro dominante. La dominancia existe en el mundo animal y también en el mundo canino, pero no es un absoluto puesto que hace referencia, normalmente, a algún recurso concreto que ese animal desea (comida, sexo, etc.). Según aclara Clyve Wynne, profesor de psicología y experto en comportamiento canino (y autor del maravilloso libro Dog is Love):los humanos, queramos o no, controlamos siempre el acceso de nuestros canes a los recursos que ellos desean y por eso ejercemos dominancia sobre ellos.
La dominancia y las técnicas que utilizan el castigo para educar a los perros son -o deberían de ser- conceptos totalmente independientes.Ese es el punto de vista científico pero, en la vida real, con frecuencia no es así: los educadores que siguen haciendo referencia a la dominancia al explicar su forma de tratar a los canes son los que suelen utilizar aversivos (castigos).
Clive Wynne, explica -desde un punto de vista científico- porqué hablar de dominancia y utilizar métodos que usan el dolor para controlar el comportamiento de un perro no tienen sentido:
Nosotros controlamos el acceso de nuestros perros a la comida, a los juguetes, a un hogar bajo techo, incluso al sexo por el mero hecho de ser humanos (con un cerebro considerablemente más desarrollado que el suyo y con pulgares opinbles). Por eso, al convivir con un can, estamos ejerciendo la dominancia sobre ellos.
¿Cómo? Obivamente ni gruñimos ni tenemos ninguna razón para utilizar métodos que causen daño a nuestros perros para controlar su acceso a la comida o a su cama. Sencillamente, como seres humanos nosotros somos los que le ponemos la comida en el plato o abrimos y cerramos puertas que le permiten dormir calentito y bajo techo.
No hace falta utilizar ninguna técnica aversiva o castigo, no hace falta usar el dolor para controlar el acceso de un perro a recursos que el animal considera valiosos.
¿Porqué es tan dañino el cocepto de dominancia al aplicarlo a los perros?Se puede ver un ejemplo en este programa de la educadora británica Victoria Stilwell.
"Sé que tenemos que dominarla, pero me parece que le estamos haciendo daño", dice una mujer sobre el trato, sobre la forma en la que les han enseñado a "educar" a su perra.
La perra no confía en ellos, la perra les tiene miedo... Princess lleva(ba) un collar de castigo y ha aprendido, día a día, a temer a todos los humanos, a todos.