Está claro que utilizar los dientes es algo normal para un cachorro pero eso no quiere decir que tengas que dejar a tu perro morder todo y a todos: el control del mordisco es vital para la convivencia.El perro puede hacernos daño, sobre todo si hay niños en casa. Y tampoco es buena idea ignorarlo porque se puede auto reforzar un comportamiento no deseado. Para saber cuál es la mejor manera de enseñar a un cachorrito a no morder contamos con la colaboración de Sumara Marletta, de Consultoría Canina, educadora canina experta en educación temprana; es decir, en enseñar a humanos a educar a sus cachorros :-) Ella ofrece cursos presenciales en Madrid y también cursos online.
Cuando un cachorro nos muerde la recomendación más habitual es simular el sonido de dolor de otro cachorro: gritar ¡AY AY AY! para que el perro entienda que nos ha hecho daño. Sumara Marletta aclara que este método no funciona con todos los perros y que, además, puede hacer que algunos cachorros se vuelvan más nerviosos porque se contagian del tono emocional de su dueño.
Y entonces, ¿qué se puede hacer? Estas son sus sugerencias, con una recomendación previa: es mejor no hacer estos ejercicios con niños para evitar que el cachorro les pueda hacer daño sin querer.
Lo primero es trabajar la manipulación, para que el cachorro aprenda a estar en contacto con las manos sin necesidad de morder.
Coge premios y se los vas dando mientras le vas tocando despacio y de forma relajada, primero en las zonas de su cuerpo donde el can se sienta más cómodo... Ten en cuenta que si tú estás nervioso o impaciente se lo transmitirás al cachorro y puede intentar morderte; tu estado de ánimo también es importante.
Este ejercicio busca lograr la interacción sin mordiscos y trabajar un comportamiento alternativo a lo que el perro haría por instinto o costumbre. Y consiste en enseñarle a tocar la palma de nuestras manos con el hocico.
Frota algo de comida en la palma de tu mano y acerca la mano a su hocico a la altura de la nariz. El cachorro pegará su nariz a tu mano atraído por el olor y en ese preciso instante debes felicitarle y le das un premio. Sumara recomienda usar algún premio que no sea excesivamente apetitoso para que el perro no se ponga ansioso.
Repite esta acción varias veces, hasta que el can aprenda lo que le pides. No alejes mucho las manos de su nariz porque si no puede que no entienda el ejercicio.
Es importante también premiarle por permanecer a nuestro lado sin morder: es decir, ir enseñándole a tu perro lo que quieres que haga, no lo que no quieres que haga.
Si el perro muerde los pantalones, prémiale cuando esté al lado sin hacerlo. Para lograrlo, plantea un escenario donde el can encuentre un juguete o una bolita de pienso por el camino, para que no vaya directo a morder. Le vas felicitando y premiando por estar a tu lado sin morder y poco a poco se lo vas poniendo más complicado.
Cógelo con mucha tranquilidad de tal forma que ya no pueda morderte y llévale a otro sitio o espera a que se tranquilice. Puedes utilizar su propio lenguaje para trasmitirle información, por ejemplo bostezando o mirando hacia otro lado mientras le sujetas tranquilamente.
Si el perro tiene la necesidad de morder, dale un juguete que sí pueda morder... Es importante que sepa lo que sí puede coger. Sumara recomienda hacer esto y practicar a la vez los ejercicios del comienzo: si ves que el perro muerde solo para conseguir juguetes entonces dejas de hacerlo e interrumpes la acción.
Si solo prestamos atención a nuestro perro cuando estamos jugando, cuándo ladra o mientras le lanzamos alguna pelota para que la traiga... estamos, de alguna manera, fomentando su nerviosismo, estás reforzando justamente lo contrario a la calma. Elige una palabra que para ti signifique tranquilidad y premia a tu cachorro cada vez que esté comportándose así, tranquilo.
Para trabajar el control del mordisco en los cachorros es fundamental que no se le altere con juegos bruscos que inevitablemente acaban con el perro estresado mordiendo las manos.
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