Donde hay rebaños de ovejas es fácil que haya mastines a su lado. Sobre todo en verano, te los puedes topar en tus rutas de senderismo o paseos en zonas rurales, te puede suceder incluso en la misma Casa de Campo de Madrid, y es buena idea tener claro qué es lo que hay que hacer y, sobre todo, qué es lo que no hay que hacer nunca para que ese encuentro no termine mal.
Los mastines están ahí para proteger al rebaño y desde su punto de vista cualquier extraño, cualquier persona -más aún si vas con tu perro- podría ser una amenaza para las ovejas.
Son perros de guarda y de defensa por lo que si nos acercamos más de lo debido, si nos adentramos en el perímetro de seguridad que ellos mentalmente se han marcado, lo normal es que los perros salgan a ladrarnos para advertirnos...
Ya es verano, ya andan los mastines por los puertos. pic.twitter.com/rQHlwKbpFv
— perrodeloshierros (@mastinganadero) June 22, 2022
Aunque te pegues un susto si te topas con mastines de improviso, nada de correr, gritar o tirarles palos, etc.
Ata a tu perro y trata de mantener la calma y de evitar los movimientos bruscos.
Aléjate andando, con tranquilidad, da un rodeo si puedes.
Si vas en bici, bájate y sigue andando: es mucho más probable que puedan lanzarse a por ti si vas pedaleando.
Como explican desde WWF, aunque no veas el rebaño cerca, eso no quiere decir que los perros estén abandonados: aunque sean cachorros, no te los lleves, no te acerques para acariciarlos o darles de comer.
No llames a los perros, déjalos en paz.
Y si has abierto alguna cancela para pasar a otra zona, asegúrate de cerrarla bien.
El proceso de troquelado de los mastines, el proceso por el que se convierten en guardianes de las ovejas, sigue siendo el mismo hoy en día. El objetivo es que el perro sienta que las ovejas son su familia, es con ellas con las que forma un vínculo esencial para luego protegerlas de cualquier amenaza.
PD La foto que encabeza este texto es de Jabi Artaraz.