Los estudios científicos sobre el vínculo entre humanos y canes suelen confirmar lo que muchos de los que conviven con perros ya sospechan: los canes sienten empatía, pueden sentir celos, entienden tanto el tono como el contenido de lo que les decimos. Incluso, tal y como explican en National Geographic, observan las interacciones de sus dueños con otra gente y pueden discernir cuando alguien no está siendo simpático con su humano ¡y entonces ellos proceden a ignorar a esa persona!
Uno de los últimos estudios sobre la naturaleza de la relación entre canes y humanos ha demostrado que los perros son capaces de pasar a la acción -para intentar ayudar o consolar a su dueño- además de demostrar empatía. Es decir, muestran un comportamiento prosocial hacia sus humanos.
También se ha demostrado de diversas maneras la capacidad de los canes para la empatía. Hace tiempo hablamos de los estudios que utilizaban el bostezo contagioso para comprobarlo: los perros saben reconocer un bostezo falso y se contagian mucho más cuando es su dueño el que bosteza.
Este otro sencillo experimento también busca mostrar la empatía canina en acción. ¿Cómo actúa un perro cuando ve a un humano al que no conoce que muestra evidentes síntomas de estar pasándolo mal?
Aquí lo podéis ver, sin duda han aprendido a leer y entender las emociones humanas. Lo más interesante, según indican los expertos, es que el perro percibe que una persona -que no es su dueño- está triste y va a consolarla.
En otra ocasión se estudió el efecto que tenía sobre los perros escuchar a un bebé llorar versus un bebé que charloteaba feliz o un ruido desagradable que no tenía nada que ver con el bebé.
Y se comprobó que los perros, igual que los humanos, generan cortisol cuando escuchan el llanto del bebé: esta hormona se libera como respuesta al estrés y es una forma de mostrar que hay una reacción ante un estímulo, es una forma de demostrar la empatía.
Los perros distinguen la voz humana entre muchos otros sonidos y su cerebro reacciona como el nuestro ante ese estímulo. Esa podría ser una de las claves de cómo son capaces de entendernos tan bien.