En Asnières-sur-Seine, a las afueras de París, se encuentra el primer cementerio dedicado a los perros de la era moderna: le Cimetière des Chiens et Autres Animaux Domestiques. Aquí descansan ahora más de 40.000 animales, inicialmente perros y gatos pero también hay vacas, tortugas, ovejas, zorros, un mono y hasta peces.
Este cementerio abrió sus (espectaculares) puertas en 1899: de estilo Art Nouveau, la entrada del Cimetière des Chiens fue diseñada por el arquitecto Eugene Petit.
Curiosamente, esas puertas fueron reproducidas en 1910 en la ciudad brasileña de Curitiba para dar entrada a su primer parque urbano, el Paseo Público.
Hay huéspedes ilustres en el Cimetière des Chiens et Autres Animaux Domestiques -desde el perro de Alejandro Dumas al de Michel Houellebecq o el primer y mítico Rin Tin Tin, quien tras morir en EEUU volvió a descansar al país donde nació, Francia.
Pero fue un can callejero quien se convirtió en el habitante número 40.000. Según explica la wikipedia este perro vino a morir a las puertas del cementerio en 1958 y, tras ser enterrado en su interior, los responsables del camposanto le dedicaron un monumento especial.
En 1987, la empresa que gestionaba el cementerio anunció que iba a cerrarlo: se armó tal revuelo que el Ayuntamiento de Asnières anunció un plan para comprarlo y mantenerlo activo.
Gracias a ello, el 27 de junio de 1987 el gobierno de Francia clasificó el cementerio como monumento histórico y desde 1989 el lugar pertenece ya a la propia ciudad.
Este fascinante y bonito cementerio está abierto todos los días a partir de las 10 de la mañana (salvo los lunes, que está cerrado)
En septiembre 2019 la ciudad de Asnières celebró el 120 aniversario del cementerio.