Los perros tienen una abilidad natural para reconocer las caras, según ha demostrado un reciente estudio del "Dog Project" que lidera Gregory Berns en Emory University.
Es algo que sólo se había podido demostrar en humanos y en otros primates.
Resulta que los canestienen un área del cerebro dedicada precisamente a procesar la información que les permite reconocer caras: de ahí su extrema afinidad con los humanos y su facilidad para 'leernos'.
Los estudios que están desarrollando en el Dog Project son posibles porque primero han enseñado a los canes a estar tranquilos dentro de una máquina de IRMf, una máquina que permite mostrar en imágenes las regiones cerebrales que ejecutan una tarea determinada.
Esta vez presentaron a los canes imágenes (tanto fotos como vídeos) de caras y de todo tipo de objetos cotidianos. Querían saber si la respuesta a las caras era innata o aprendida.
Los resultados, explican, son claros: una región en el lóbulo frontal de los perros respondía de forma evidente ante las imágenes de las caras humanas y de las caras de perros.
Si la respuesta no fuera innata, si fuera algo aprendido -asociando humano con comida, por ejemplo- entonces se hubiera activado otro área del cerebro.
El Dog Project está permitiendo entender de forma cientídica incontables aspectos de la relación entre perros y humanos. Ellos también demostraron que los canes prefieren el olor de sus humanos a muchos otros olores, incluso cuando sus dueños no están presentes. Es como si fuéramos el perfume favorito de nuestro can, un olor que permanece en su memoria y ante el que reaccionan con de forma positiva.