¿Puede un can sentir celos? ¿Le afecta cuando su humano se acerca a otros perros, a otros humanos? ¿Qué pasa si en vez de jugar con él te pones a leer? Estas preguntas eran, entre otras, las que querían responder de manera científica dos investigadoras de la Universidad de California, San Diego Christine Harris y Caroline Prouvost. Y es realmente interesante lo que han comprobado: han publicado el estudio completo que podéis leer aquí, os traducimos los puntos más destacados.
Resulta que los celos no son un sentimiento únicamente humano.
Hay estudios que demuestran que ya con seis meses los niños pueden sentir celos -aunque en ese momento aún no han desarrollado un sentimiento de autoestima, lo que hasta ahora se consideraba básico para poder sentir celos.
En esos estudios, los bebés reaccionaban negativamente si veían a su madre ocuparse de un muñeco que parecía otro bebé, y sin embargo no reaccionaban negativamente si su madre les ignoraba para ponerse a leer.
Las investigadoras decidieron comprobar si este comportamiento sería el mismo en el caso de los animales sociales, los perros.
36 dueños de perros -que no sabían qué era exactamente lo que se estaba investigando- participaron en el estudio junto a sus canes: les pusieron a jugar y a acariciar a muñecos que parecían perros, ignorando a sus canes. Después les hicieron jugar con cubos de plástico, comprobando en todo momento la reacción de sus perros. Y, finalmente, hicieron que los dueños ignoraran a sus perros mientras leían un libro.
¿Qué pasó?
Un 78% de los perros mostraron su malestar cuando sus dueños estaban jugando con los muñecos en forma de perro: algunos intentaron colocarse entre el humano y el juguete, otros incluso llegaron a gruñir al muñeco.
Mientras los dueños jugaban con los cubos de plástico sólo un 42% de los canes mostraron comportamientos negativos.
Y cuando los humanos se pusieron a leer, tan sólo 22% de los canes reaccionaron negativamente al ser ignorados por ese objeto inanimado.
Así que... sí, a tu perro le puede molestar realmente cuando "estás con otro", y no es antropomorfismo sino ciencia.
