Los perros, tanto los perros domésticos como los guardianes, incluso los perros soldado eran parte de la vida cotidiana en la Antigua Roma.
En estos breves vídeos documentales podréis descubrir incontables detalles sobre la vida de los canes en la Roma del Siglo I al V.
Quizá lo más llamativo, lo que revela que sin ninguna duda esos perros eran ya parte de la familia, son los epitafios que dejaron tras de sí sus humanos. Comoéste que traducen en el blog Los Fuegos de Vesta, una lápida que data del Siglo II d.C:
"Te he portado en mis brazos con lágrimas, nuestro pequeño perro, como en circunstancias más felices te llevé desde hace quince años. Pero ahora, Patrice, ya no me darás mil besos, ni serás capaz de echarte afectuosamente alrededor de mi cuello. Tu eras un buen perro, y con enorme pena he puesto para ti esta tumba de mármol, y te uniré para siempre a mí mismo cuando muera.Te acostumbraste fácilmente a un humano con tus hábitos inteligentes. ¡Ay, que animal doméstico hemos perdido! Tu, dulce Patrice, tenías la costumbre de unirte a la mesa y pedirnos dulcemente comida en nuestro regazo, estabas acostumbrado a lamer con tu lengua la copa que mis manos sostenían para ti y acoger con regularidad a tu cansado amo con meneos de tu cola... "
Y ¿qué comían los perros de la Antigua Roma? Pues también hay un interesante reportaje documental sobre este tema, incluyendo los alimentos que les daban para diversas dolencias. Y una pista impresionantemente rara: para los perros que ladraban demasiado se recomendaba darles de comer ¡una rana viva!
