Aún queda mucho camino por andar en España en todo lo relativo a la integración de los perros en la vida cotidiana. Ese ha sido, desde el comienzo, uno de los objetivos de SrPerro: lograr que los canes urbanos, los SrsPerros bien educados, puedan acompañar a sus humanos a más sitios, tanto en la ciudad como fuera de ella, cuando nos vamos de vacaciones o de escapada de fin de semana. Que la vida con perro pueda ser más amena, que ellos pasen menos tiempo solos y contribuyan, como siempre hacen, a que mucha más gente esté más tiempo feliz. Los perros mejoran nuestro humor y si todos fuéramos, como dice ese lema que suele aparecer por internet de cuando en cuando, la persona que nuestro perro piensa que somos, el mundo iría mucho mejor.
Colega y yo nos topamos día sí y día también con comentarios, miradas y mensajes que hacen que se te caiga el alma a los pies.
No hay más que echar un ojo, por ejemplo, el debate que acompaña a nuestra petición para permitir que los perros puedan viajar en Metro y Bus en Madrid
Queda mucha gente por educar, tanto los que ven a un perro e inmediatamente piensan que sólo sirve para ensuciar y hacer caca (es como si los perros, por serlo, tuvieran incontinencia) como aquellos dueños de perro que no se toman en serio la responsabilidad que conlleva convivir con un can en la ciudad.
Pero estoy convencida, porque lo veo todos los días, que poco a poco se van dando pasos en la dirección adecuada.
Y si eso sucede es en gran medida gracias a todos los dueños de locales, de bares, cafés, peluquerías o galerías de arte, que habéis decidido ser oficialmente perrunos, a los que quizá habéis colocado la pegatina de SrPerro en vuestra puerta o sencillamente le dais la bienvenida a los perros con un cuenco de agua.
Lo que no contamos, normalmente, es eso: la cantidad de gente contenta que nos dice, incluso por la calle, lo a gusto que han estado aquí o allá, en tal restaurante o café donde son bienvenidos los perros. Locales que cada día ganan clientes fieles y felices gracias a su política perruna.
Es algo que nos alegra la vida de forma cotidiana a las muchísimas personas que, en toda España, preferimos que nuestros canes también puedan formar parte de nuestros ratos de ocio y es algo que hay que recordar y agradecer.
Es obvio que también puede espantar a otros clientes, claro, por eso mismo es una decisión que toma cada dueño de establecimiento, siempre que la normativa lo permita.
Tengo clarísimo que las cosas van cambiando, que ese camino avanza, sobre todo gracias a los esfuerzos, paciencia y tolerancia de gente como Isabel, la responsable de Aliter Dulcia,
Esta más que agradable y muy recomendable repostería de Gijón se ha tenido que enfrentar en más de una ocasión con comentarios, críticas e incidentes por permitir el acceso de perros. Y eso que Gijón es una ciudad francamene perruna...
Aquí podéis ver lo que les ha pasado esta misma mañana (lo cuenta Isabel en Instagram) y cómo lo han resuelto.¿Cómo no ser fan de Aliter Dulcia?
"Esta mañana, a la hora de los desayunos y mientras yo estaba en el Curso de Bizcochos, hemos vuelto a tener un sofocón con una señora.
Dos perros, a los pies de sus dueños en sus mesas. Pequeños, aunque el tamaño es irrelevante, pero para más señas. Tranquilos, educados.
Una señora que se tomaba un trozo de bizcocho y un café, se percata de repente de la presencia de los dos perros, se levanta indignada y le dice a Susana ¡hay dos perros aquí dentro!
Sí, permitimos la entrada a perros.
Pero esto es intolerable, quiero hablar con la dirección.
La dirección está ocupada y tiene en la puerta diversa información sobre el tipo de tarjetas que aceptamos, nuestro horario real y el que permite la ley, los próximos cursos y, ah, por si se había despistado, que abrimos mañana domingo, por ser Carnaval, ya sabe.
Pues quiero una hoja de reclamaciones.
Susana dudó entre decirle que no o que podría ser usada después para hacer un avión de papel, pero prefirió dársela y santas pascuas.
Perros no, pero no porque no, porque no es sano, porque son sucios, porque es un lugar donde se come, porque ladran, ¿porque no llevan zapatos? Da igual. Perros no. Y no porque a mí no me gustan, porque os pasáis de modernas.
Señora, usted y las que son como usted; váyase a la porra.
Atentamente,
La Dirección."
En verano, otros simpáticos clientes les criticaron en público, en Trip Advisor, por la misma razón:
"Fuimos hace unos días. El local está muy guapo y la atención buena. Comimos dos tartas (bastante bien) y dos cafés (regular). Hasta aquí todo bien, ¿problema? Que un perro se te acerque a explorar tu comida. Lo siento pero es una simple cuestión de higiene y salud alimentaria en establecimientos en los que se manipulan, almacenan y consumen alimentos. Por nuestra parte no repetiremos!!!"
Y ya entonces respondieron con tranquilidad y educación, tras otras criticas variopintas.
Así que, sin andáis por Gijón, no lo dudéis: merienDOG y DOGsayunos memorables en Aliter Dulcia.
