En el Reino Unido cada año cerca de 3000 perros sufren porque son utilizados para la experimentación animal. En España las cifras oficiales son algo inferiores, en torno a 1100 usos en perros, lo cual es casi más triste porque según aclara el último informe publicado, el 50% de las ocasiones se experimenta varias veces en cada perro (un 50% de reutilización es el lenguaje que utilizan los científicos).
Y dado que los perros utilizados en laboratorios o universidades han quedado fuera de la Ley de Bienestar Animal, en nuestro país, por el momento, seguirán sufriendo ese doloroso destino.
Quizá en el Reino Unido logren cambiar esta situación porque esta semana el (muy perruno) actor Will Young ha lanzado una petición oficial, una recogida de firmas, para pedir al Gobierno que prohiban el uso de perros en experimentación animal.
No es la primera vez que Young hace campaña por esta causa, lleva mucho tiempo alzando la voz para ayudar a las organizaciones que luchan para acabar con la experimentación animal, por una "Ciencia Mejor", #BetterScience.
Y dado que tiene más de 130K seguidores solo en instagram, sus mensajes son doblemente importantes para concienciar y educar a aquellos que quizá no sean conscientes del sufrimiento al que siguen sometiendo a tantísimos animales en los laboratorios.
Más de 14.000 personas han dado su apoyo a la iniciativa de Young para padir al Gobierno de Rishi Sunak que prohiba el uso de perros en experimentación animal
Seguro que la cifra aumentará y mucho gracias a la visibilidad de Young: él está explicando en los principales medios británicos las razones por las que es importante apostar por las diversas alternativas que hay ya disponibles a la experimentación animal.
Y, además, una vez superado el límite de las 10.000 firmas, el Gobierno ya está obligado a dar una primera respuesta a la petición.
Cuantas más entrevistas haga el actor, más lejos llegará este mensaje tan importante que se repite, de hecho, en la mayoría de países de la UE y también en EEUU: los experimentos en animales no son, en demasiadas ocasiones, ni fiables ni eficaces puesto que no se pueden extrapolar a las personas. Y causan dolor innecesario.
Recordemos que por mucho que el sector esté presuntamente regulado y vigilado a poco que se rasca salen a la luz atrocidades y maltrato como el sucedido en el interior de Vivotecnia en Tres Cantos, Madrid, un laboratorio del horror que, pese a todo, ¡sigue operando!
Sí, en Vivotecnia siguen experimentando con animales, con perros.
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