En 2018, Manu Rodríguez vivía con sus perros Sheila, Sheilita y Rambo en la calle, en Barcelona, junto al Parc de la Ciutadella. Llevaba mucho tiempo así, unos 16 años durmiendo al raso: se negaba a ir a un albergue, incluso en invierno, porque allí no podría estar con sus perros: prefería pasar frío, pero estar junto a su familia canina.
Manu y su familia canina empezaron a recibir ayuda de FAADA en el marco de un proyecto solidario maravilloso,#MejoresAmigos,que busca que las personas sin techo no tengan que separarse de sus animales de compañía.
Parte del apoyo de FAADA consistía en proporcionar comida y atención veterinaria para los "niños" de Manu: como podréis escuchar, él tenía claro que les debía la vida y que daría la suya por ellos.
Evidentemente no tenía ninguna intención de abandonarlos en la calle para dormir solo en algún albergue...
Ahora esta familia ya no está en el calle y tampoco están en Barcelona, desde hace cuatro años viven en Argentona, en una Masía de cuyo mantenimiento se ocupa Manu.
Gracias al apoyo de FAADA pero sobre todo gracias a una mujer que desde siempre había estado ahí, ayudando a Manu como podía. Él la considera su "madrina".
Según cuenta, un día la "Señora Anna" vino a decirle que tenía una amiga con una masía que buscaba a alguien que pudiera cuidarla. Y así fue como Manu y su familia canina han pasado a tener una nueva vida.
Parece otro gracias a que le han permitido vivir y trabajar, sin tener que abandonar a sus perros: Sheila, la mayor, murió pero él sigue acompañado de Rambo y Sheilita.
Manu también querría ayudar a los que quedaron atrás, a todas esas personas sin techo que no han tenido su suerte: "Veo amistades durmiendo todavía bajo los porches del paseo de Picasso", le explica a betevé: “Ojalá fuera millonario para dar un sitio a toda la gente que hay en la calle. A mí me han ayudado y me gustaría ayudar... Si tuviera yo dinero, esto cambiaría la sonrisa de muchas gente".
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