Riley no sabe distinguir un Van Gogh de un Renoir pero da igual, este bello cachorrote de Weimaraner ha sido contratado por el Museo de Bellas Artes de Boston para proteger las obras de arte gracias a su fino olfato. Es, posiblemente, el primer perro en todo el mundo que va a convertirse en un verdadero experto en conservación de bienes culturales. Por ahora es solo un "becario", tienen que ver si el can es realmente capaz de detectar polillas y todo tipo de insectos que podrían dañar los cuadros de la pinacoteca.
La llegada de Riley al equipo del Museo ha causado sensación y él, como si nada. Ha ofrecido una rueda de prensa sin inmutarse.
El can, de hecho, pertenece a la responsable de la seguridad del Museo que, además, es experta en entrenar perros. Ella, Nicky Luongo, fue quien pensó que sería buena idea entrenarle para que pudiera colaborar en las tareas de protección de los cuadros.
Si él aprende a detectar, antes de que sean visibles para los humanos, polillas o cualquier insecto capaz de dañar la madera o las telas de los cuadros su ayuda sería inestimable.
Con doce semanas, Riley va a comenzar su entrenamiento en un museo de renombre mundial. La idea, una vez que aprenda a distinguir, a través del olfato y mediante el juego, esos posibles peligros alados para los cuadros es que el can trabaje cuando no haya visitantes en la pinacoteca.