Con más o menos fondos, se desviven porque el día a día de los animales a su cargo sea lo mejor posible, por ofrecerles no sólo cobijo y comida sino también cariño y compañía, en la medida de lo posible. Muchas veces están desbordados, viven situaciones dramáticas, se ven impotentes ante la crueldad extrema del ser humano. Y aún así no desesperan, no tiran la toalla: la labor de los voluntarios en las protectoras y centros de protección animal de todo el mundo es titánica. Sin su esfuerzo, la situación de los perros, de los animales, sería indudablemente peor.
Este tierno momento protagonizado por una voluntaria fue captado por casualidad. Debra Cameron, la responsable de la protectora de Conway Area fue a comprobar qué tal estaba Prissy, la perra que había sido esterilizada ese día, una perra abandonada que había parido en la calle, y se encontró con esta escena y la grabó.
Ella iba a ver a Prissy -que suele mover el rabillo incluso dormida- y allí se topó con que una de sus colegas, Chrissy Ireland, estaba acurrucada junto al can, para que no estuviera sola tras la operación.
Lo compartió en facebook y no tardó en hacerse viral: ha sido compartido miles de veces en redes sociales y, algo realmente útil e importante, ha captado la atención de la prensa y han hecho reportajes diversas televisiones locales, convirtiéndose así en un altavoz para los animales que esperan encontrar un nuevo hogar.
Seguro que Prissy no tardará en alegrar a alguna familia... ¡eso esperamos!
Es también emocionante escuchar lo que comentan desde la protectora, ¿no os parece? Que la escena que capta el vídeo es, de hecho, normal. Ellos se esfuerzan por dar lo mejor de sí mismos a los animales. Lo raro es que el momento se haga viral.
No es la primera vez que sucede y no será la última, pero cada vez es única. Seguro que no habéis olvidado este otro vídeo, el que muestra cómo un técnico veterinario acuna a otra cachorra que acababa de ser esterilizada y que lloraba al salir de la anestesia.
Olé por ellos, por esos humanos tan, tan humanos, que hacen mucho más que un trabajo cuando están ayudando a los animales.
Todos podemos ser un poco voluntarios, todos podemos colaborar con las protectoras: si no puedes donar tu tiempo o convertirte en casa de acogida, ¿qué tal comprar algún regalo en sus tiendas solidarias? O incluso plantearte una pequeña donación de dinero o de material (cosas que tu perro ya no use, etc.) Por el precio de un café diario puedes ayudar a salvar a muchos animales.