Su vida mejora cada día y ella lo disfruta como solo los perros saben disfrutar. Porque Bunny estuvo a punto de morir y pasó por un verdadero calvario.
Fue atropellada en México y su presunta familia no hizo absolutamente nada por ella: la dejaron en la calle, con las patas destrozadas, siendo atacada por otros canes... Por fortuna, alguien avisó a los voluntarios de una protectora de EEUU que rescata canes del país vecino y fueron a por ella.
Vieron que era imposible salvar sus patas traseras, tuvieron que amputárselas. Posteriormente, tras su esterilización, la pobre tuvo alguna que otra complicación veterinaria pero lograr salir adelante, todo ello gracias al apoyo de Henry Friedman, el hermano de The Dogist y humano de Finn, un viajero solidario que también es rescatista animal: sus seguidores ayudaron a recaudar 30.000 dólares para ayudar a Bunny.
Lo único que necesitaba era una silla de ruedas para poder volver a corretear, bueno, eso y una familia... ¡Y la primera parte la han conseguido, en versión lujo! Gracias a Friedman, que contactó con Mercedes Benz, uno de sus patrocinadores, le han hecho una silla de ruedas especial a Bunny.
No os perdáis lo rápido que se adapta a la posibilidad de volver a correr de nuevo, ¡en dos minutos estaba ya disfrutando de su nueva movilidad como una locuela!
Hay veces que los "influencers perrunos" y las marcas hacen las cosas bien. Esta es una de esas veces. Seguro que Bunny pronto encontrará una buena familia y podrá vivir la vida a tope.
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