Poppy, ya lo veréis en el vídeo, no para ni un instante de mover el rabo. Esta labrador de color chocolate contrajo polirradiculoneuritis una rara (pero tratable) enfermedad autoinmune que la dejó paralizada, perdió el uso de todas sus patas pero aún así ella seguía demostrando felicidad. Su familia optó por un tratamiento intensivo de fisioterapia e hidroterapia. Los resultados, en el caso de Poppy, son espectaculares.
En la página de facebook de Cotswold Dog Spa podréis encontrar más vídeos con los progresos de Poppy a lo largo de los últimos seis meses.
Es impresionante: si en abril la perra nopodía ponerse en pie poco a poco empezó a moverse, en el agua, a la búsqueda y captura de alguna chuche y con animos y ayuda de los terapeutas del centro... primero una pata, luego -gracias también al trabajo que su familia seguía haciendo con ella en casa, un pasito aquí y otro allá...