La historia de Suzy, aunque sea un absoluto cliché, parece salida de la mente de algún guionista de Hollywood. ¡Qué suerte ha tenido esta perra! ¡Vaya carambola afortunada ha protagonizado!
Como veréis en el vídeo, ella deambulaba por la calle de madrugada, seguramente muerta de frío y de hambre, cuando de pronto vio que había una puerta abierta. Una puerta que -así lo quiso su destino- se había abierto debido al vendaval y a que un humano agotado -padre de una niña recién nacida- tras salir a pasear a su perro no se había percatado de que no había cerrado bien la puerta de su casa.
La perra se coló en esa casa calentita y poco después, otro hombre que pasaba por allí cerró la puerta de la casa: seguramente pensó, como así había sido, que se habría abierto por un golpe de viento en medio de la tormenta que había azotado Filadelfia ese día.
Entonces, de madrugada, Emily Jokinen bajó a por un chupete para su bebé recién nacido y allí se encontró a la perra. Dentro de su casa. Y sin saber cómo podría haber llegado allí. Todo estaba cerrado, ni ella ni su pareja, Jack Jokinen, podían entenderlo. Hasta que miraron las cámaras de seguridad.
Así fue como Jack Jokinen, compartió la noticia de este milagro, sucedido en Navidad, en su instagram.... Porque esta familia decidió, prácticamente de inmediato, que iban a adoptar a Suzy, para que tuviera una buena vida, para que a sus nueve años dejara atrás el maltrato en el que evidentemente había estado sumida.
Y así se lo ha contado a Inside Edition porque, por suerte, esta feliz historia se ha hecho viral.
Ahora Suzy, que tiene unos nueve años y ciertos problemas de salud debido a lo mal que habían cuidado de ella previamente, está más que a gusto con su nueva familia humana y perruna, una estupenda familia con la que sigue viviendo requetefeliz.
¡Vaya suerte ha tenido Suzy! Sí, lo hemos dicho al comienzo de este texto pero es que es imposible no repetirlo :-)