Ha sido un susto sin consecuencias, una aventura con final feliz pero también otro ejemplo más de porqué la gran mayoría de personas perrunas prefiere no tener que meter a su can en la bodega de un avión. De porqué existe una plataforma, Flytogether, que aboga por modificar la forma en la que los perros y otros animales son tratados cuando vuelan junto a sus familias.
Una Shiba Inu llamada Sputnik iba en un vuelo de Seattle a Miami, un trayecto de 6 horas, iba en la bodega, todo en orden y todo seguro... en teoría.
La perra logró escapar de su transportín y pasear por la bodega durante la mayor parte de ese tiempo, ella sola. Así la encontraron los responsables de sacar los equipajes al abrir la puerta del avión.
Pese a que le habían dado un tranquilizante y pese a que el transportín estaba bien cerrado, según le ha contado su humano a The Dodo, la perra mordisqueó la cerradura de metal y las bridas hasta salir del transportín.
John Krajewski explica que Sputnik, que tiene cuatro años, es bastante escapista y muy lista. Y también afortunada, agregamos desde SrPerro, porque esa aventura que ha vivido podría haber terminado mal, podría haber saltado y escapado cuando abrieron la puerta o se podría haber lastimado mientras duró el vuelo, deambulando por la bodega, entre otros peligros.
Menos mal que todo quedó en un susto.
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