La madre de Julia cuenta que como su hija nació sorda, cuando ella la abrazaba, como la niña no podía escuchar su voz, en vez de eso olía su cuello. Y cuando cogió a Walter, a un cachorrote de dos meses que esperaba ser adoptado en Pasadena Humane Society, el can hizo lo mismo... Ahí supo que tenía que formar parte de su familia.
Adoptaron a Walter con dos meses y desde entonces, hace ya medio año, el can y la niña se han hecho del todo inseparables.
Él le ha enseñado otro tipo de amor a Julia. Y ella le está enseñando a él la lengua de signos -lo de la comida lo ha pillado rápido, obviamente :-)
Una GRAN pareja, sin duda.
Si tú también estás educando a un can sordo, hay una web en EEUU que te puede ser de gran ayuda. Deaf Dogs Rock ofrece muchas pistas e información práctica.