Cuando los medicos le dijeron a Lilly Smartelli que debido a su enfermedad pulmonar le quedaban, a lo sumo, un par de años tuvo que aceptar que nunca tendría la boda con la que siempre había soñado: en su vida había viajado, trabajado como enfermera e incluso donado un riñón a una amiga pero nunca se había topado con el hombre de sus sueños. Entonces, explica en el libro "The $5 (Dog) Wedding",se dio cuenta que el hombre de sus sueños no era en realidad un hombre... Porque los seres que a ella la han rescatado de una vida solitaria son los perros a los que ha adoptado.
Medio en serio medio en broma, un día ironizó al dejar a su fiel compañero, Bernie, uno de sus perros adoptados, en la peluquería canina, con que realmente él sí la amaba incondicionalmente, con él siempre podía contar... ¿por qué no casarse con él?
Y así empezó a idear fantasiosos escenarios de bodas donde Bernie representaba al novio y Spinner, su otro can, al padrino. Y así nació la idea para esta boda simbólica y un libro que ya se puede comprar en librerías online.
Sobre su proyecto de boda han hablado hasta en el New York Times porque ella ha querido que el gesto que tanto está llamando la atención sirva para ayudar a concienciar sobre la importancia de la donación de órganos así como sobre la mucha ayuda que necesitan las protectoras.
Los beneficios de su libro servirán justamente para apoyar a estas dos causas.
Smartelli sabe que no podrá tener esa boda de ensueño porque apenas sí tiene suficiente dinero como para asumir todos los gastos generados por su enfermedad. Pero ella mantiene intacto su sentido del humor y espera que al menos alguna de las personas que lean el titular sobre "la mujer que se casa con su perro" y pinchen en la noticia pensando que ella está loca de remate después, al conocer la historia, se solidaricen y quizá donen dinero a alguna protectora o se hagan donantes de órganos.