Si hace poco compartimos una foto en la que se veía cómo un centro comercial había abierto sus puertas para que los perros callejeros de Estambul pudieran dormir abrigados y bajo techo ahora que las temperaturas invernales son tan duras, hoy os devolverá la fe en la humanidad el gesto de este hombre hacia otro perro callejero, también en Turquía.
Este gesto tan increíblemente bonito probablemente habría quedado guardado sólo en la memoria del hombre y el perro de no ser por un robo, explican en The Dodo. Sí, esa es la razón por la que alguien se puso a visionar las imágenes de una cámara de seguridad y se topó con esta escena.
Lo veréis en el vídeo: un hombre se acerca a un can que se cobija como puede de la tormenta y del frío. Le trae comida y... algo más. Mejor no os desvelamos nada, es mejor verlo.
¿No es lo más bonito que habéis visto en mucho tiempo? Aclaramos, porque parece que mucha gente no lo sabe, que en Turquía, por desgracia, hay miles de perros callejeros. Allí, como hemos comentado en otras ocasiones, hay campañas de esterilización e identificación para los canes que están en la calle, hay veterinarios y voluntarios que les llevan comidao que tratan de que tengan cobijo en invierno, etc. La política del gobierno es mantener controlada a esa población de animales callejeros en vez de capturarlos para sacrificarlos, si no son adoptados, como sucede en otros países.
Por eso mismo aprecian el gesto que ha tenido este hombre, porque no mira hacia otro lado y se involucra en el cuidado de los perros de la calle.
Una vez que ese momento se hizo viral no tardaron en identificar al buen samaritano. Se trata de Bülent Kalpakçıoğlu, un trabajador del Ayuntamiento de Giresun, la localidad donde todo sucedió.
Es lo menos que podía hacer, le ha dicho Kalpakçıoğlu a The Dodo, sabiendo que los perros callejeros ahí, pasando frío, mientras los humanos están en sus hogares calentitos. Y, de hecho, en el Ayuntamiento le han dado un más que merecido premio por haber demostrado esa gran humanidad hacia los canes.
Lo de la cámara de seguridad me ha hecho recordar otra historia preciosa, la del "pequeño ladrón de besos", si no la conocéis, merece la pena :-)