Esta historia es dramática y deplorable pero real. La hemos conocido ahora porque ahora es cuando ha llegado la resolución del juicio pero sucedió en 2017 cuando Juancho, un cachorrote mestizo de Amstaff simpático y juguetón fue adoptado por una pareja joven de Granada. La protectora que se ocupaba de él, Asociación Ladridos Vagabundos, haciendo el seguimiento de esa adopción, descubrió para su dolor y asombro que a los cuatro meses "ya no lo querían más y lo llevaron a la perrera. Allí fue sacrificado." Tal y como detallan en su web, la pareja que había adoptado al can nunca contactó con Ladridos Vagabundos para pedir ayuda o incluso para devolverlo a la protectora pese a que previamente se les había informado de forma verbal y escrita (firmada mediante el contrato de adopción) que podían -es más, que debían- hacerlo.
"Ningún perro sano, joven, y en plenitud, merece ver su vida interrumpida arbitraria y cruelmente. Es doloroso saber que aunque salvamos a muchos, otros tantos se quedan en el camino. Cuando se trata de un animal que hemos rescatado, poniendo todo el esfuerzo y energía en brindarle esa vida tan merecida, el dolor y la frustración se multiplican.Este compromiso que asumimos a menudo es duro de sobrellevar. Vivimos en una sociedad con muchas asignaturas pendientes y el coste de esas carencias lo suelen pagar los más débiles, los que no tienen voz ni medios para defenderse o pedir ayuda, como ha sido el caso."
Este era Juancho:
¿Qué sucedió? Pues según cuentan en El País la pareja que adoptó a Juancho se separó y ella volvió a casa de sus padres donde ya había otra perra y Juancho no era bienvenido. Intentaron, según parece, devolverlo a Ladridos Vagabundos pero no lo consiguieron y lo dejaron en lo que ellos -dicen- pensaban era otra protectora.
Y es posible que así fuera, es posible que pensaran que estaban entregando al perro en una protectora aunque desde ese "Centro Canino" le explicaron a la Guardia Civil en que ellos les dijeron claramente cuál podría ser el destino de Juancho si no era adoptado, puesto que al ser un PPP lo tenía mucho más complicado. Eso fue lo que pasó:a los 10 días, según marca la ley, sacrificaron a Juancho.
De ahi que, al conocer la noticia, Ladridos Vagabundos, denunciara el caso puesto que se había incumplido el contrato de adopción.
Adoptar es una responsabilidad, elegir compartir tu vida con un perro no es una decisión que deba tomarse a la ligera y aunque sea a través de un caso tan tremendo y triste como éste, es bueno que se sepa que firmar un contrato de adopción tiene consecuencias.
"Nuestra intención de llevar el caso a juicio -explican desde Ladridos Vagabundos- es que sirva de precedente para aumentar las penas en caso de abandono y maltrato animal, así como concienciar a la población de lo que implica adoptar a un animal.
De forma personal, también queremos honrar la memoria del bueno de Juancho. Tenía toda la vida por delante y todas las voluntarias tenemos pesadillas imaginando el infierno que tuvo que pasar."
En este caso la "adoptante" ha sido condenada a pagar 400 euros por incumplir el contrato.
