Hay una frase que se repite con frecuencia, seguro que la habéis escuchado en alguna de sus variantes:Cuando adoptas a un perro no cambias el mundo, pero sí cambias su mundo... Estás salvando una vida y de propina, tu vida también cambiará considerablemente y con más de un contratiempo entre medias, probablemente; lo podéis ver en versión cómic aquí :-)
A eso me ha recordado este anuncio tan sencillo pero también tan bonito, parece un cortometraje a favor de... de las buenas personas, de esas que no miran hacia otro lado y se involucran cuando ven que pueden ayudar. En este caso a un can, a un can que realmente lo necesitaba.
Hay gente que con energía y ganas ha logrado mucho para cambiar la realidad de muchos perros, hay personas que se involucran y se crecen ante las dificultades, hay quien idea campañas o iniciativas que sirven para concienciar y que tienen un efecto que perdura en el tiempo, hay voluntarios que se dejan la piel cada día en alguna protectora, hay profesionales que deciden donar su trabajo para ayudar a los canes, hay gente buena, sencillamente.
Ojalá fuera contagioso.
Y es que lo contrario sí que parece ser contagioso y es bastante peligroso, eso que llaman "slacktivism" o activismo 2.0. Es eso que sucede todos los días en redes sociales, personas que cuando ven casos concretos en sus redes sociales, historias de personas (o, en nuestro caso, de perros) que necesitan ayuda se movilizan lo suficiente para dar al botón de "me gusta" o al de "me enoja", quizá escriban un comentario, con frecuencia iracundo y así se desahogan y sienten que ya han cumplido; olvidan el tema. Pero como bien resumía una dura campaña que ha ganado incontables premios en festivales de publicidad Liking isn't Helping: darle al me gusta no es lo mismo que ayudar...
Hay que pasar a la acción, lo demás es puro teatro.
