Qué historia tan terrible, tan previsible y también tan evitable. Un perro ha muerto a manos de la policía porque sí, sin más, porque el agente entró en pánico... El miedo a los Pit Bull se traduce con demasiada frecuencia (y no sólo en EEUU) en muertes injustificadas como la de Burberry, un bello Pit Bull de seis años que era todo menos agresivo: trabajaba como perro de terapia con niños autistas y con síndrome de Down.
No puedo, o más bien no quiero, imaginarme el estado en el que estará Ian Anderson.
A su perro le han matado ante sus ojos y sin razón, porque estos animales tienen fama de peligrosos y pocos en la policía tienen los conocimientos necesarios, los conocimientos básicos, para leer y entender el lenguaje perruno.
¿Qué pasó? No puede ser más trágico: Ian y Burberry estaban en su casa, durmiendo, cuando la policía llamó a su puerta. Alguien había dado un aviso de una disputa doméstica y... la policía llamó a la puerta equivocada.
Burberry salió a saludar, en el vídeo que tenéis algo más abajo se ve toda la secuencia: el primer policía le acaricia, tan tranquilo, pero entonces el segundo se pone nervioso. Según ha contado Ian, empezó a gritar para que el perro entrara en casa otra vez.
Burberry, algo bastante lógico, reaccionó ante esos nervios y fue hacia el policía que... entró en pánico, y disparó. A matar.
Ian ha creado una página en facebookpara que se sepa lo que ha pasado, para pedir justicia para Burberry pero también busca algo muy importante, en su memoria: está impulsando un cambio de normativa para intentar que lo que le ha pasado a su perro no vuelva a suceder.
Ha creado una petición en Change.org para pedir al Alcalde de San Diego y también al Gobernador que la policía en este Estado (y a ser posible en todo EEUU) reciba el entrenamiento necesario para poder interactuar con perros de forma segura, para que puedan juzgar cuando un perro es realmente peligroso y cuando no.
Burberry seguiría con vida si el policía que le mató hubiera sabido interpretar correctamente su lenguaje corporal.
Y no es algo que pase sólo en EEUU.
Cierto que allí la cultura con respecto a las armas es diferente pero... hace muy poco un ertzaina entró en pánico y disparó ¡ocho veces! porque pensaba que uno de los pit bulls del lehendakari le iba a atacar...
En serio, ocho veces. Nadie -tampoco el perro- resultó herido pero la historia ahí queda.
