Rusty es un mestizo de Bóxer que tiene ocho años y artritis. Se mueve despacito y es de los que prefiere estar en su cama a eso de las ocho... Y Rusty ha tenido mucha, mucha suerte porque este can ha sido rescatado y adoptado por una residencia de ancianos. Sí, ahora tiene muchos amigos humanos a los que animar y de los que recibir mimos.
Como explican desde la Residencia Rockland Place, fue un proceso gradual. Ellos nunca habían tenido ningún perro pero decidieron darle la oportunidad a Rusty. Primero vino durante unas horas, luego más tiempo, y más tiempo...viendo a ver si el can era compatible con las personas que están en esta residencia (y viceversa).
Lo tuvieron pronto claro y Rusty fue adoptado.
Mirad lo feliz que se le ve... Y desde la residencia explican que hay personas que antes no hablaban casi y lo hacen cuando Rusty está cerca.Él acompaña a los residentes a dar paseos y contribuye a generar sonrisas.
Las Navidades en buena compañía son siempre mucho más felices, ¡hay que ver qué jersey tan chulo le han regalado a Rusty! :-)