Eran inseparables, dicen sus familiares. Andrea Cossu y su perro, Flash, el cocker que ha estado presente en el funeral y en el entierro de su dueño, muerto en Pescara del Tronto, una de las localidades arrasadas por el terromoto que ha dejado casi 300 víctimas mortales en Italia.
Hay algo en el dolor o la incomprensión de un perro ante una pérdida así, de alguna manera, acrecienta el dolor en los humanos: a ellos no podemos explicarles lo sucedido.
Y Flash, cuentan, no quería separarse del féretro de Andrea.