Se llama Coronel y hace cinco años alguien lo tiró a la basura. Pero este guapo mestizo de Schnauzer tuvo suerte: fue rescatado y adoptado por un hombre que decidió compartir su vida con él, un taxista llamado Nicolás Alejandro Walteros, de Suba, Colombia.
Coronel empezó yendo en bici y al poco aprendió a ir en moto, también acompaña a su humano por la tarde cuando éste va en el taxi y cosecha piropos de los clientes.
Además, pronto se hizo amigo de los policías locales, incluso se agenció su propio uniforme, y ahora les echa una pata, a su manera, cada vez que puede.
Ellos están felices de recibir sus visitas... y él, con sus gafas y su mostacho, es el más cool del lugar.
Es un personajazo que arranca sonrisas allá por donde va. Y se está haciendo famoso en el mundo entero. Y su dueño aprovecha cada vez que puede para recordar la importancia que tiene proteger y ayudar a los animales. La fama de Coronel -también conocido como Azul- sirve para concienciar sobre la adopción y también demuestra lo mucho que un can puede alegrarle la vida a cualquier humano.
Todos quieren retratarse con Coronel y el can, que no se separa de Walteros, parece encantado de recibir toda esta atención.
No sé yo si es como para emularlo exactamente (aquí podéis ver cómo hay que ir en moto con perro) pero mirarle, ¡normal que le miren!