Kai es un Golden Retriever que no sabe la suerte que ha tenido. Casi fue sacrificado porque había llegado a pesar 78.4 kilos, parecía una pelota de grasa. Prácticamente pesaba el doble de lo aconsejable y evidentemente su salud y su movilidad estaban deteriorándose cada vez más, por eso, porque no podía casi levantarse, su "familia" lo llevó al veterinario para que lo sacrificara. Pero, menos mal, ese veterinario eligió ayudar al can, sabía que con una dieta saludable y ejercicio podría volver a tener una buena vida.
Del sobrepeso a la obesidad canina: cómo identificar si tu can necesita adelgazar
Chuches para perros: cuestiones (de peso) a tener en cuenta
El caso de Kai es particularmente dramático pero lo cierto es que el problema de la obesidad canina es cada vez más serio y sus consecuencias son graves: la vida de los perros con sobrepeso es hasta dos años y medio más corta en comparación con los perros con un peso corporal saludable.
Kai no solo esquivo la muerte sino que está estupendo y de lo más integrado y contento con la familia que le acogió y ayudó a emprender el camino hacia una vida más sana. En un año ¡45 kilos menos! Y la buena noticia adicional es que su casa de acogida ya es su casa definitiva, Pam Heggie ha adoptado al perro que tanto ha luchado para poder ser como cualquier otro perro feliz.
Además del vídeo de The Dodo donde nos narran toda su historia podéis seguir sus progresos en facebook.