Josh vive en Chicago, hace sonreír a miles de personas y le ha robado el corazón a sus humanos, los mismos que primero fueron su casa de acogida temporal y poquito después su familia para siempre jamás.
Aquí podréis conocer la historia de Josh, de ser rescatado en la basura a corretear feliz en compañía de otros canes, aquellos a los que sus propios humanos acoges temporalmente hasta que encuentran una familia.
Con frecuencia se trata de perros que necesitan cuidados extra -entre otras razones porque Erin, la humana de Josh, es terapeuta de rehabilitación canina- y de alguna manera Josh parece ayudar en ese proceso.
Él les contagia sus ganas de vivir, yendo a por todas sin dejar que sus patas traseras paralizadas sean un impedimento.
Gracias a Josh su familia está decidida a cambiar la percepción que se suele tener sobre los perros con discapacidad: tanto este guapo Pit Bull como los otros canes que conviven con ellos temporalmente pueden tener vidas estupendas.
Corretean, -aunque necesiten una silla para ello- juegan, comen, siestean... todos disfrutan al máximo y su calidad de vida es prácticamente la misma que la de cualquier otro can.
Además, en la web de Josh Erin también ofrecen algunos consejos prácticos que pueden ser de gran ayuda para cualquiera que conviva con un can como Josh.
PD Y, de propina, Josh de cachorrote... de nada :-)
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