La protectora Osona ha compartido unas imágenes dantescas: un perro, un Gran Danés, esquelético, encerrado en un patio interior repleto de excrementos.
Dicen que sobrevive gracias a la comida que le tiran los vecinos porque los "propietarios" acuden una vez cada 15 días a esa vivienda.
Aún más grave, aún más incomprensible:al parecer el perro lleva ahí más de un año y los vecinos han alertado a las autoridades en más de una ocasión pero no han intervenido (hasta ahora).
La Policía Municipal de Tona nos aclaraba que están actuando de oficio en este caso, no tienen constancia, nos decían, de que exista una denuncia formal pero sí se está investigando.
Desde la protectora, sin embargo, no entienden cómo es posible que no se haya decomisado a este perro ya.Es lo que sucede, normalmente, cuando tras una denuncia o un aviso se comprueba que la vida de un animal corre peligro: como mínimo se procede a decomisar temporalmente al animal (quitárselo a esas personas y dejarlo a cargo de alguna entidad de protección animal) hasta que la justicia decida si le retiran la custodia de forma permanente a los actuales "dueños".
Y la ley es clara en esto: la Ley de Bienestar Animal indica que obligar a un perro a vivir en una azotea, patio, etc. de forma permanente es una falta grave que conlleva multas de 10.000 a 50.000
Dada la inacción de las autoridades en Tona, desde la Protectora Osona optaron hoy por denunciar el caso en redes sociales, como medida de presión para intentar que esta situación no se prolongue más, para tratar de salvar a este perro.
Y ha surtido efecto porque ahora sí el Ayuntamiento ha tenido que tomar cartas en el asunto. Este es el comunicado que acaban de emitir y, también nos confirman, que informarán sobre cualquier novedad:
"Ante las informaciones aparecidas recientemente sobre un supuesto caso de maltrato animal, queremos manifestar nuestro total compromiso con el bienestar de los animales y el respeto a sus derechos.
Confirmamos que la Policía Local tiene conocimiento gracias a diversas denuncias vecinales relacionadas con los malos olores por las heces y ladridos. En consecuencia, se ha mediado en repetidas ocasiones con la propietaria a través del servicio de proximidad de la Policía Local.
Agotada la vía de la mediación, y tomándonos muy en serio cualquier denuncia relacionada con el maltrato animal, estamos colaborando con las autoridades competentes para tomar las medidas oportunas con la máxima celeridad.
Pedimos prudencia y responsabilidad en la difusión de información, y reiteramos nuestro compromiso con la transparencia y la protección de los animales. Muchas gracias por su colaboración."
Esto es importante porque otro de los temores -fundados, no sería la primera vez- de la protectora Osona es que el perro "desapareciera" tras el revuelo que se ha creado en redes sociales.
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