Ashley Niels y su perro Spunky llevan 12 años juntos. Ella lo adoptó cuando iba a la universidad, en Wisconsin, y allí lo que más le gustaba al can era correr y jugar en la nieve: pasaba horas y horas felices así. Por eso, cuando se mudaron a Texas, ella le prometió que volvería a llevarle a la nieve algún día. Pero, de un día para otro, a Spunky le diagnosticaron un cáncer terminal...
Entonces fue cuando Ashley recordó su promesa, algo complicada de cumplir siendo verano en Texas. Ella quería que Spunky pudiera tener un último día feliz y en ese momento fue cuando sus compañeros de trabajo se movilizaron.
Ashley trabaja en el Centro de Control Animal de Austin, una perrerade sacrificio cero que se ocupa de unos 18.000 animales cada año, así que en su entorno comprenden perfectamente lo mucho que un perro significa para su familia: entre todos consiguieron el dinero suficiente para alquilar una máquina de nieve y se la llevaron a casa, a su jardín.
Así Ahsley pudo, de alguna manera, cumplir su promesa. Un momento de felicidad compartida aunque no sea nieve de verdad. Seguro que, aún así, Spunky apreció los cariños y cuidados de su humana.
Y, aunque en teoría iban a dormir a Spunky al día siguiente para evitarle todo sufrimiento, al ver que el perro no parece tener dolores, por el momento han aplazado la dura decisión y le están dando todos los mimos posibles.
Ashley está compartiendo el día a día de Spunky en su facebook y en instagram.
No sabe cuánto tiempo juntos tendrán aún pero mientras él siga animado... disfrutan de cada momento.