En Portugal, igual que en España, en teoría está prohibido tener a un perro permanentemente atado. En teoría. La realidad como bien sabemos todos es que demasiados perros son obligados a vivir así toda su vida, atados con alguna cadena a una caseta o sencillamente atados en algún solar, en algún patio trasero... Si en España hace tiempo surgió en Galicia la iniciativa Sen Cadeas para denunciar los casos de perros atados en toda España -su web no está ya realmente activa, por desgracia- en Portugal arranca ahora una iniciativa realmente útil y aún más ambiciosa, Quebr’ a Corrente(romper la cadena). Una iniciativa paralela a cualquier legislación sobre maltrato animal puesto que quiere solucionar el problema de otra manera.
"Los perros encadenados sufren de estrés emocional, de problemas de comportamiento y tienen 8 veces más probabilidades de morder. Es más difícil prestar cuidados a un perro que esté atado porque las propias cadenas se convierten en obstáculos que impiden llegar a la comida, al agua o al cobijo. Los perros también son más vulnerables a ser atacados por otros, y las perras a quedarse preñadas si no están esterilizadas."
Por todo ello, por si fuera necesario explicar porqué tener a un perro atado es maltrato, ha naciado en Portugal un movimiento cívico llamado Quebr’ a Corrente que ya ha logrado evitar esa dura condena a 10 perros.
Quebr’ a Corrente quiere evitar que haya más perros "presos por un crimen que no han cometido". Y su objetivo es liberar a estos canes de sus cadenas, conseguir que sus dueños permitan que puedan estar sueltos una vez que los voluntarios de este movimiento cívico logren vallar el espacio para que sea seguro y esté bien delimitado.
En otras ocasiones, cuando ese objetivo no es viable, lo que buscan desde Quebr’ a Corrente es lograr que las personas que tratan así a los canes los cedan para que puedan ser adoptados por quien sí pueda prestarles los cuidados que se merecen.
Trabajan caso a caso buscando siempre el bienestar de cada can.
Farrusco, como veréis, malvivía atado en un huerto urbano de Lisboa, pero gracias a los voluntarios de esta iniciativa, ya ha sido liberado.
La labor de estos voluntariios es eminentemente pedagógica puesto que todas sus acciones han de ser consensuadas siempre con los dueños de los canes: apuestan por el diálogo y la educación.
Para conseguir su propósito se apoyan en el crowdfunding compartiendo historias concretas de perros que esperan ser liberados.
De esta manera logran aunar esfuerzos y ellos luego se ocupan de llevar a la práctica lo necesario para ayudar a cada perro.
¡Qué gran iniciativa! Sería realmente necesario crear algo similar en España porque aquí, como comentábamos arriba, la iniciativa que se lanzó en Galicia hace unos años parece estar paralizada.
Por ahora lo único que se puede hacer es denunciar. Denunciar, denunciar y volver a denunciar.
Es posible que no hagan caso la primera vez pero hay que seguir intentándolo porque sí es maltrato animal. Puede que no esté especificado en todas las leyes de protección animal en vigor en España, en varias (como la de Cataluña) sí se menciona de forma explícita y en las demás siempre se incluye algún tipo de referencia a que los animales deben estar "en buenas condiciones higiénico-sanitarias" o que han de ser mantenidos "en condiciones compatibles con los imperativos biológicos propios de su especie". Es decir, se podría siempre argumentar que es maltrato porque ese tipo de vida es incompatible con el bienestar de un perro.
¿Dónde denunciar o qué hacer en caso de conocer un caso de un perro que pase sus días atado?
Puedes avisar o llamar a la Policía Municipal o al Ayuntamiento en tu localidad.
Puedes dar aviso a la Guardia Civil (Atención al ciudadano): 900 101 062 o al Seprona, el Servicio de Protección a la Naturaleza: 062
