Esta historia es tremendamente triste y al mismo tiempo tremendamente humana y emotiva. Porque demuestra que algunas personas, algunos profesionales médicos, entienden la crucial importancia de los perros en nuestra vida y están dispuestos a honrar ese vínculo. Porque muestra que para algunos su perro es su única compañía y el ser más querido de su vida.
Seniors para los seniors o el secreto de la longevidad humana... ¡la buena compañía canina!
El Dr. Ryan Sears, de Kansas City Medicine Partners, sabía Mary, que una de sus pacientes -enferma terminal- no tenía ni familia ni amigos de los que despedirse pero la mujer echaba de menos por encima de todo al perro que había sido su gran compañero, Herman.
Ella no sabía dónde estaba el can, solamente sabía que cuando fue ingresada en el hospital, algún centro de control animal se había hecho cargo de Herman.
El médico se puso manos a la obra y empezó a llamar a las perreras en la zona hasta dar con Herman. Una vez que encontró dónde estaba Herman se desplazó hasta el Centro de Control Animal de Leawood y habló con sus responsables para que le dejaran llevarse a Herman temporalmente, para que pudiera despedirse de su humana.
Mary estaba ya muy débil y casi no podía hablar pero el Dr. Sears pudo comprobar cuánto le alegraba recibir la visita de Herman. Y el perro también se mostró loco de contento, solo tranquilizándose cuando pudo estar junto a Mary, en su cama.
Mary falleció al día siguiente, como si ver a Herman y poder despedirse de su perro fuera lo que estaba esperando para descansar.
En el centro médico donde tuvo lugar esa reunión han tenido unas palabras para alabar el gran gesto del Dr Sears.
Y aunque no tenemos detalles sobre su nueva familia, parece que la historia de Herman sí ha tenido un final feliz: El perro, que tiene 11 años y está perfectamente de salud, ha sido adoptado :-)