Creían que era una migraña pero resultó ser una hemorragia cerebral. Ryan Jessen tenía 33 años cuando murió, hace una semana. Su familia ha compartido su historia por varias razones, una de ellas para concienciar sobre la importancia de donar órganos.
También para agradecer al hospital que les permitieran traer a Mollie, la perra de su hermano, para que el can pudiera despedirse de Ryan.
Un momento que rompe el corazón pero que pone de relieve la enorme importancia de los perros en nuestra vida. Y que muestra cómo poco a poco, paso a paso, su papel junto a los humanos empieza a ser reconocido y valorado.
"La perra se queda con nosotros, no os preocupéis, es parte de la familia!"