Tommie era un Pit Bull al que ataron a una verja y después, tras echarle algún tipo de acelerante, le prendieron fuego. Su historia es particularmente brutal y dolorosa: miles de personas quedaron conmocionadas cuando, pese a los cuidados veterinarios y los mimos que recibió por parte de Richmond Animal Care and Control este Pit Bull no pudo superar las heridas del cruel maltrato que había sufrido -a manos, según se supo posteriormente, de su dueño- y murió.
Lo único que ahora han celebrado desde Richmond Animal Care and Control es que la sentencia, que se ha conocido ayer, es la máxima posible para un caso de maltrato animal, cinco años de cárcel sin posibilidad de libertad condicional. Y, además, el horror vivido por este Pit Bull ha servido para que se endurezcan las penas en caso de maltrato animal en Virginia a través de una nueva ley conocida ya como Tommie's Law.
Jyahshua Hill, un hombre de 20 años, fue detenido el pasado mes de mayo por maltrato animal, acusado de prender fuego a su perro en febrero y dejar que agonizara de manera atroz. Aunque el can fue llevado rápidamente al veterinario y recibió todos los cuidados posibles por parte de Richmond Animal Care and Control, no lo pudo superar y murió a los cinco días.
La policía de Richmnond agradeció entonces la gran colaboración ciudadana que hizo posible que se localizara al culpable de torturar al Pit Bull.
Y su muerte también sirvió para que el culpable pase más tiempo en la cárcel puesto que el caso de Tommie fue determinante para que se endurecieran las penas por delitos de maltrato animal en Virginia:
"Como parte del acuerdo alcanzado, Hill cumplirá cinco años de prisión, la sentencia máxima permitida por la ley, sin posibilidad de libertad condicional", según ha detallado el Departamento de Policía de Richmond. “Además, tendrá tres años de supervisión posterior a la liberación por parte de la justicia y también tiene prohibido tener animales a su cargo en toda su vida”.