Tao tiene 11 años y muchas ganas de jugar y correr aventuras. Un año atrás, debido al glaucoma, perdió los ojos pero para nada perdió la energía: se adaptó, como solo los perros saben hacerlo, a su nueva realidad. Y, además, su familia ahora también está aprovechando para concienciar sobre esta dolencia, el glaucoma, puesto que también en este caso un diagnóstico precoz resulta fundamental para poder instaurar un tratamiento con éxito.
Sus humanos decidieron que quizá fuera bueno aumentar la familia, para que Tao estuviera más acompañado, y así fue como llegó Oko, un jovenzuelo Golden que, de manera natural, se ha convertido en el perro guía de Tao.
La pareja tienen la suerte de vivir en el campo así que ambos pueden disfrutar -juntos, ahora siempre juntos- de paseos y carreras felices cada día.
En su instagram podréis ver cómo ha ido creciendo Oko, el zampable Oko. Y, sobre todo, lo mucho que estos dos canes disfrutan estando juntos.
Podéis encontrar mucha información práctica sobre el glaucoma en este extenso artículo de la Clínica Veterinaria Oftamlogógica Ocaña.
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