Para eso sirve la ficción, a veces, para cambiar la historia y mejorarla. En este caso, la historia de Laika, la tristemente famosa perra rusa que formó parte de la carrera espacial: era un can callejero que fue "entrenada" y después enviada al espacio en 1957. Laika fue el primer ser vivo en viajar al espacio pero la suya era una misión suicida: sabían de antemano que no podría regresar. Su muerte, sola y posiblemente aterrada, a las pocas horas del despegue de ese Sputnik 2, ha inspirado a incontables artistas a lo largo de los años.
Y ahoraLauren Mayhew ha ideado un futuro muy diferente para esta perra: en esta nueva historia Laika ha sido enviada a Marte y por allí se topa con un robot... Es casi como si Laika se hubiera encontrado con el locuelo de Wall-e allá en el espacio y ambos se hubieran hecho amigos. Los dos se ayudan y ya no están solos.
El corto "Laika and Rover", que salió adelante gracias a una campaña de crowdfunding, es tan bonito como simpático. Y sí, tiene final extra feliz.