No es la primera vez que se analizan las dietas RAW (o BARF) comerciales encontrando en ellas parásitos y bacterias. En este nuevo estudio llevado a cabo por investigadores suecos de la Universidad de Uppsala se han analizado 60 ejemplos de dietas RAW comerciales producidas en Suecia, Noruega, Finlandia, Alemania o el Reino Unido. Y tras encontrar diversas bacterias potencialmente peligrosas para los perros pero también para los humanoshan ofrecido recomendaciones claras para aquellos que elijan alimentar a sus canes con alguna dieta BARF comercial. Ante todo, resaltan la importancia de que tanto el almacenamiento como la manipulación de los alimentos crudos para perros sea muy cuidadosa.
Las dietas RAW, también conocidas como dietas BARF, están compuestas principalmente por alimentos crudos: Inicialmente desarrolladas por el médico veterinario australiano Dr. Ian Billinghurst, este tipo de alimentación es cada vez más popular en todo el mundo. Se suelen componer, según la wikipedia, "de un 60-80% de huesos carnosos crudos, es decir los huesos con carne y músculos de res con más del 50% de carne y el 20-40% de frutas y vegetales crudos, huevos, vísceras."
Muchos preparan este tipo de dietas de manera casera pero también existen en el mercado diversas alternativas comerciales. Y son estas las que han analizado los investigadores suecos.
Para probar y medir los niveles de bacterias en estos productos, han tomado muestras de 60 paquetes de productos cárnicos crudos, comprados en una variedad de tiendas dentro de un radio de 200 km de su laboratorio entre marzo y septiembre de 2017. Y provenían de fabricantes en Suecia, Noruega, Finlandia, Alemania o Inglaterra.
Las dietas que se analizaron contenían al menos: carne cruda; y huesos y / u órganos comestibles de vacas, pollos, corderos, pavos, cerdos, patos, renos o salmones. Algunos de los productos también incluían verduras, fibra vegetal y minerales.
Las muestras se analizaron en busca de bacterias que pudieran representar un riesgo para la salud de animales y personas: especies de enterobacterias; Clostridium perfringens, Salmonella y Campylobacter.
Estos son los resultados que han compartido:
Todas las muestras contenían especies de Enterobacteriaceae, que son indicadores de contaminación fecal. Los niveles variaron ampliamente entre los diferentes fabricantes y, en algunos casos, entre los diferentes productos del mismo fabricante. Pero 31 (52%) de las muestras contenían niveles que excedían el umbral máximo establecido por las regulaciones de la Unión Europea (UE) de 5000 bacterias por gramo.
La mayoría de las especies identificadas no se sabe que causen infección, aparte de E coli, que se encontró en aproximadamente un tercio de las muestras.
C perfringens, otro marcador de contaminación fecal y estándares de higiene, se encontró en 18 muestras (30%); Dos de las muestras superaron los límites máximos establecidos por las directrices suecas.
Salmonella y Campylobacter son especies zoonóticas de bacterias capaces de pasar de los animales a las personas y causar infecciones. Las regulaciones de la UE no permiten la salmonela en ningún alimento para animales.
Se encontraron especies de Salmonella en 4 (7%) de las 60 muestras, mientras que se encontraron especies de Campylobacter en tres muestras de tres fabricantes diferentes.
Este es un nivel relativamente bajo, posiblemente debido a que las especies de Campylobacter son muy sensibles al congelamiento, explican los investigadores:
"Es más probable que Campylobacter estuviera presente en más muestras antes de la congelación, y que esas muestras en las que se aisló Campylobacter contenían niveles muy altos de especies de Campylobacter antes del proceso de congelación, ya que algunas lograron sobrevivir".
Por eso mismo, los investigadores quieren resaltarla importancia de un cuidadoso almacenamiento y manipulación de los alimentos crudos para perros:
- Hay que mantenerla congelada hasta su uso, descongelado a 10 grados C
- Hay que mantenerla separada de otros alimentos.
- Hay que prepararla con utensilos de cocina diferentes o con utensilios que se laven bien despúes de cada uso.
La buena higiene es esencial porque las bacterias que están en los jugos que desprende la carne cruda pueden propagarse a otros alimentos y superficies. Y los perros pueden transferir bacterias potencialmente dañinas y / o resistentes a los antibióticos si chupan las manos o la cara de sus dueños inmediatamente después de comer.
Los perros no deben ser alimentados con productos de carne cruda si están recibiendo algún tratamiento antibiótico, ya que esto podría aumentar el riesgo de resistencia a los antibióticos.
Y también recomiendan evitar las dietas BARF comerciales en perros que convivan con "bebés, personas mayores o personas inmunocomprometidas, ya que estos grupos son más susceptibles a las infecciones".