Un cuento que busca, de alguna manera, cambiar el mundo, un libro ilustrado que quiere lograr que las nuevas generaciones sepan cómo relacionarse con los perros: con respeto, empatía y conocimiento. Tras escribir "La Niña que Sabía de Perros" y dar multitud de charlas en colegios y cursos a familias con niños, la educadora caninaSumara Marletta, convencida de lo importante que es que humanos y perros "hablen el mismo idioma", convencida de que una manera de que los perros en España tengan un futuro mejor es sembrar educación en los niños, acaba de publicar un segundo libro, un cuento ilustrado divertido y entretenido, lleno de consejos prácticos para que los más pequeños de la casa sepan cómo educar a un cachorro: "Miriam educa a su cachorro"
Mara nos ha contado algo más sobre este nuevo libro, de KNS Ediciones, un regalo realmente útil para cualquier familia donde convivan churumbeles y canes.
"Mi Primer libro “La niña que sabía de perros” nació de la necesidad de acercar el lenguaje canino a todo el mundo – sobre todo los más pequeños, de la manera más sencilla y divertida posible. Yo que veo muchísimos niños en mis clases y cursos, percibía la necesidad de ampliar esa información para poder trabajar en una etapa crucial de la vida de los perros: cuándo son cachorros.
La gente no es para nada conscientede lo que significa la educación temprana en los perros, es la raíz de (casi) todos los problemas de comportamiento que el perro tendrá en el futuro. Es tan, pero tan importante, que necesitaba un libro solo para ello. No que no los haya, pero no hecho para niños, escrito en forma de cuento, con las ilustraciones preciosas que lleva, y que cuente además con una guía al final para niños de cómo hacerlo paso a paso tal cual lo escribí en este cuento.
Mi manera de escribir les invita a reflexionar, pero sin imponer. Yo trabajo “en positivo” con perros y también con los niños. Ellos son la generación del cambio, y nosotros tenemos la obligación de ayudarles en este proceso. Además, los niños reproducen lo que ven en casa, de ahí la responsabilidad que tenemos.
A mí personalmente me encanta que vengan a mis clases/cursos perros acompañados por niños. Ellos se implican más, escuchan lo que dices (no lo quieren oír), te hacen caso y no mienten, así, cuando por ejemplo les preguntas a sus padres “¿Y qué tal, le habéis sacado como habíamos quedado?” los padres dicen “Si, bueno lo hicimos...” Enseguida salta el niño “No papá, el miércoles dijiste que tenías prisa, el viernes no salió y el sábado solo 10 minutos”… siempre dicen la verdad :-)
Bueno, y ver a los niños con un cachorro, es fantástico, te diría que entre ellos hay un vinculo que no se establece con los adultos, pero hay que enseñarles a convivir. Por ello, si somos capaces de enseñar a los niños que la educación empieza desde el respeto y la empatía, para mí, estamos sembrando un futuro diferente…hay que empezar la casa desde los cimientos, y éste libro representa el primer paso.
¿Qué encontraréis en Miriam Educa a su cachorro? Como ya sucediera con La Niña que Sabía de Perros, lenguaje sencillo e ilustraciones llamativas y atractivas que también transmiten un mensaje concreto, para que los niños "lo pillen" a la primera.
Mara nos explica a nosotros el porqué de algunos ejemplos de la Guía básica para niños de cómo educar a un cachorroque en el libro se explican con más detalle.
Los cachorros deben permanecer con su madre y hermanos al menos dos meses ¡pero puedes ir a visitarlo!, y pensar en cómo quieres que se llame.
No me cansaré nunca de decirlo, 2 meses es una cifra muy buena. Antes, no.
Siéntate en el suelo y espera a que él quiera acercarse, y cuándo lo haga, ofrécele algo rico.
Así quiero conseguir que los niños no se abalancen sobre el cachorro, no todos se sienten cómodos y confiados al principio. Tú dices eso a un niño de 3 años y puede que no te haga caso, pero su hermano de 7 años seguramente si.
Al principio, el cachorro se sentirá perdido sin su familia. Por ello, ¡no lo aísles!, no pasa nada por dejar que duerma cerca de su nueva familia, aunque sean solo las primeras semanas.
La gente tiene miedo a maleducar o que el cachorro se “mal acostumbre” y eso no es así, en realidad. Un cachorro recién separado de su madre no tiene recursos emocionales para afrontar la soledad en un entorno que él no conoce, por ello lo mejor es no aislarle, por lo menos al principio. Oye, ¿y qué niño no le gusta tener su cachorro cerca?
Es muy importante que el cachorro pueda dormir tranquilamente cuando lo desee sin que nadie lo despierte.
¡Fundamental! Este apartado es el resultado de muchos años trabajando con perros y niños. A los padres les explico el mecanismo del estrés y a sus hijos que el cachorro necesita coger fuerzas para poder seguir jugando.
Prémialo si se sienta, se tumba, o hace cualquier cosa que quieres que se repita.
Habré visto cientos de cachorros. La efectividad de premiar lo que él hace bien al revés de machacarle con “Nos” es incomparable. Además, a un cachorro pequeño decirle “No” o gritarle” Manzana” es lo mismo, no sabe lo que significa, solamente capta el tono emocional.
Si al salir a la calle ves que retrocede, tiembla, se paraliza o jadea, no lo fuerces. Para que pierda el miedo, ofrécele premios muy sabrosos mientras él observa a su ritmo el entorno que lo rodea. Él debe decidir cómo y cuánto avanzar.
Si todo el mundo siguiera este principio básico tendríamos menos de la mitad de problemas de miedos en perros adultos."
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