Esta es la historia de un pequeño can que no "servía" para ser vendido y por eso fue abandonado. Había nacido con el síndrome del cachorro nadador, un trastorno grave pero tratable que, de hecho, se podría deber entre otras posibles causas a la cría indiscriminada y a la consanguinidad. Los perros que tienen síndrome de nadador no pueden ponerse de pie: como están con el pecho pegado al suelo y las patas estiradas, como una rana nadando, de ahí el nombre de la dolencia.
Aquí podéis ver cómo los voluntarios han ido trabajando con el zampable Bueller: terapia tanto en el agua como fuera de ella para ir fortaleciendo sus músculos y modificando la postura.
Poquito a poquito y él, siempre dispuesto.
Seguro que queréis saber más sobre los avances de esta bolita zampable. Y vaya si ha avanzado, él demuestra que con ganas y ayuda casi todo es posible. Lo mejor es ver lo bien que está ahora, adoptado y con una familia que está muy orgullosa de lo mucho que ha conseguido Bueller.