Hace unos días me topé con esta historieta, un precioso homenaje en versión tira ilustrada de una humana perruna a su can, con el que había compartido más de 12 años. Kelly Angel,la autora, nos ha dado permiso para compartir su carta de despedida a Jay, ese buen perro, ese gran perro como todos los que están a nuestro lado. Espero que os guste y emocione tanto como a mí. En su web podéis verla entera, en inglés. Por si alguien necesita la chuleta, la incorporamos aquí, con "subtítulos".
"La mayoría de la gente te dirá que su perro es el mejor perro del mundo.Probablemente tengan razón, sé que yo la tenía.
Tuvimos que dormirle el pasado mes de julio, dos semanas antes de su cumpleaños. Ha sido muy difícil hacer esto, me emociona.
Era maravilloso y aún le echo de menos. Tardé un tiempo hasta que dejé de creer que le vería al bajar las escaleras o que escucharía su cola golpeando el suelo cuando él me oía acercarme.
Cuidar de perro viejo y enfermo es duro pero merece la pena. Quiero pensar que está correteando por el cielo de los perros, o en el cielo de los humanos (tiene que haber perros en el cielo de los humanos porque si no, ¿de que serviría?)"
Viniste a vivir con nosotros hace unos 12 años. Eras pequeño y esponjoso. Llorabas al comer. Me acuerdo la vez que tu tripa se hinchó porque te habías comido un tarro entero de helado.
Y cuando se te hincharon los ojos y no sabíamos qué te había pasado. Hasta que encontramos la naranja mordisqueada de la que parecías tener miedo. No te portabas muy bien cuando te sacábamos a pasear (ya supongo que era nuestra culpa por no haberte enseñado mejor)
Pero eras un buen perro. Una cara feliz y siempre sonriente, sin un átomo de maldad en tu cuerpo. Apestabas. Te gustaba comerte la caca del gato. Podías hacer volteretas. Y te encantada saltar al canal. No te interesaba particularmente lo de nadar, te gustaba saltar.
No recuerdo porqué pusimos donuts en un árbol pero me acuerdo de cómo te los comiste. Con esa gran sonrisa en tu cara y tus ojos, que miraban en dos direcciones diferentes, siempre estabas feliz.
Hasta que un día ya no lo estabas. La veterinaria dijo que no tenía buena pinta así que te ingresaron. Era cuestión de esperar, nos dijeron que nos preparáramos para lo peor.
Pero saliste con tu gran sonrisa, moviendo el rabo, dejando a la veterinaria perpleja. Volviste a ser el mismo perro feliz de siempre. Casi. No volviste a ser el mismo del todo. No podías andar bien y te caías con frecuencia.
La veterinaria nos dijo que no te pondrías bien. Que probablemente no llegarías al final del verano. Llegaste al final del verano, a Navidad e incluso a Año Nuevo. Pero empeoraste. La medicación casi no te hacía efecto. No sentías dolor, seguías siendo el mismo ser feliz, moviendo el rabillo contento. Pero te costaba cada vez más hacer cosas de perros. Y a los perros, después de todo, les gusta hacer cosas de perros.
Le consulté a la veterinaria para saber cuándo debería despedirme. Ella me dijo que nos daríamos cuenta. No estaba segura de lo que quería decir. Hasta que un día lo entendí. Me di cuenta que no podías andar o moverte sin ayuda. No tenías dolores pero estabas tan cansado. Fijamos la fecha. Me rompió el corazón.
Planeamos tu último día. Te dejamos subir al sofá. Te mimamos y te dimos chuches. Te preparamos una comida deliciosa solamente para ti (tenía una pinta de lo más sabrosa) y nos pasamos todo el día contigo. Entonces ya llegó el momento.
Nos quedamos a tu lado y te hablamos hasta que te dormiste. Te acariciamos incluso después de que te hubieras ido y ya no parecieras tu. Te portaste muy bien todo el rato. Eras un buen perro.
Encontráis a Kelly en la web, en su facebook y también en su tienda.
Justo hace dos dies despedimos a una perra de la família... Me ha hecho llorar... Como se los llega a querer!