Una gran encuesta de PetSmart Charities y Gallup a cerca de 2.500 tutores de perros y gatos de EEUU revela que muchos se han saltado las citas con el veterinario o rechazan la atención recomendada durante las visitas debido a consideraciones económicas.
Esto es algo que puede empeorar aún más debido a la pérdida de poder adquisitivo que sufrirán muchas familias como consecuencia de los aranceles impuestos por la Administración Trump. Se calcula que el gasto veterinario va a aumentar en un 11% y los masticables y chuches, un 85% aunque, a cambio, el coste de la adopción de perros y gatos en EEUU se ha reducido considerablemente.
Aún así, algunos expertos temen que van a aumentar los abandonos y, lo que es peor, el sacrificio de animales sanos en EEUU porque las protectoras no tienen capacidad para acoger a más perros o gatos.
Mientras que según datos de una encuesta de Rover uno de cada tres (33%) tutores ha reducido el gasto en otras áreas de su vida (por ejemplo, alimentos, entretenimiento) para asegurarse de poder permitirse las cosas que su perro o gato necesitan y 34% dice que el gasto relacionado con sus animales sería una de las últimas categorías que recortarían si los presupuestos fueran ajustados, la encuesta de PetSmart Charities destaca que 52% se han saltado la atención veterinaria necesaria durante el último año o han rechazado el tratamiento recomendado en algún momento en el pasado.
71% de ellos lo hicieron porque no podían costearlo o porque pensaron que no merecía la pena.
Los servicios más comúnmente rechazados incluyen procedimientos de diagnóstico (22%) y atención preventiva como vacunas (18%), mientras que el 16% de todos los tutores han rechazado cirugías electivas, el 11% han renunciado a los medicamentos recomendados y el 7% han rechazado cirugías que les podrían salvar la vida.
Entre aquellos que rechazaron la atención, el 14% informa que su perro o gato empeoró o murió.
65% de las familias con perro o gato afirman que si su animal necesitara un tratamiento para salvarle la vida, la cantidad que podrían pagar por ese tratamiento sería de $1,000 o menos.
Si a estos datos se le añaden los efectos de la crisis generada por los aranceles impuestos por Trump, la situación en 2025 podría ser considerablemente peor. Los costes afectan a las familias pero también a las protectoras, lógicamente, dado que aumenta el precio de los alimentos, productos de limpieza, etc.
Es lo que se temen en las protectoras: hay más abandonos y menos adopciones. Y hay que tener en cuenta que en EEUU se sigue sacrificando a perros sanos cuando no hay espacio, no hay una ley nacional que evite esas muertes.
Cuando piden ayuda urgente es porque están intentando evitar a toda costa que estos perros sean sacrificados.
La foto que encabeza el texto es de wikipedia.