El parlamento de Turquía acaba de aprobar la temida modificación de la Ley de Derechos de los Animales, una reforma que, muchos temen, llevará al sacrificio masivo de perros y gatos de la calle en este país.
El objetivo es, en teoría, garantizar la salud pública, controlar la población de animales sin familia pero la propuesta que ha sido aprobada pasa por sacar de la calle a los perros y gatos -que en un porcentaje muy elevado de casos son alimentados y cuidados por la población- para meterlos en refugios municipales o matarlos.
En la actualidad hay unos 322 refugios de animales con capacidad para 105.000 perros: dado que se calcula que podría haber hasta 4 millones de perros en la calle, por mucho que la nueva ley haya dado a los ayuntamientos hasta 2028 para construir nuevos refugios y mejorar los actuales, las cuentas no salen sin la muerte indiscriminada de millones de animales.
Pese a las protestas, tanto en Turquía como en algunos países europeos y también en las redes sociales (donde se han recogido miles de firmas), el Gobierno de Tayyip Erdoğan ha logrado que se apruebe esta norma que obliga a los ayuntamientos a llevar a todos los perros de la calle a refugios municipales, centros que en muchos casos no existen o no tienen la capacidad suficiente para albergar a los animales sin familia.
La preocupación de las organizaciones de bienestar animal en Turquía es máxima. No solo porque no hay espacio para los perros en los presuntos refugios sino porque la norma indica que cualquier perro que muestre un comportamiento agresivo o que tenga enfermedades intratables sea sacrificado.
Todos temen que la nueva normativa signifique un retroceso bestial que demonice a los animales que viven en la calle, temen que esté a punto de comenzar una verdadera masacre.
“La nueva ley no es aplicable ni justa. Es esencialmente una pena de muerte para todos los animales callejeros, incluidos los gatos. No hay refugios para mantenerlos fuera de las calles; por lo tanto, las autoridades decidirán matarlos debido a la superpoblación. No aceptamos esto y no obedeceremos esta ley. Los perros y los gatos son parte de nuestra cultura y estamos decididos a mantenerlos a salvo como nuestros vecinos”, resume Nilgün Engin, responsable de Ankara Health Save.
Los activistas no tiran la toalla: las manifestaciones seguirán y también han propuesto boicotear a turquía desde el punto de vista turístico, que nadie visite el país en protesta por lo aprobación de esta ley.
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